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TRM OFICIAL EN COLOMBIA

DE ACUERDO AL ARTÍCULO 88 DEL DECRETO 2685/99 la TRM aplicable al periodo comprendido entre el 11 y el 17 de Septiembre del 2015 es TRM para el 11 de Septiembre de 2015: $3.080,573

lunes, octubre 17, 2011

El TLC: el cara y sello para los empresarios


Mientras los confeccionistas son ganadores, el sector avícola se siente amenazado.

La semana que termina fue de euforia para el Gobierno y para muchos sectores de la economía. Pero al mismo tiempo, fue 'negra' para otros empresarios que sienten 'pasos de animal grande'.
La aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos lleva a muchos a sentirse ganadores y muy optimistas, y a otros, en cambio, a considerarse perdedores.
De todas maneras, hay quienes creen, como el empresario Mario Hernández, que el TLC es una gran oportunidad para el que "se ponga las pilas y esté dispuesto a cambiar. Hay que ser recursivos porque no es cuestión de pedirle al Gobierno, sino de que cada empresario haga lo que debe hacer".
Para él, el ganador número uno será el consumidor colombiano, que tendrá una variedad de productos y precios para elegir.
Lo cierto es que las cartas están sobre la mesa. Uno de los sectores que se han declarado afectados desde que se empezó a negociar el acuerdo es el agropecuario. Y pese a que han pasado más de cinco años desde la creación del programa Agro Ingreso Seguro (AIS), hoyDesarrollo Rural con Equidad (DRE), que se creó como un 'salvavidas' y a través del cual se canalizan 500.000 millones de pesos anuales, hay quienes en dicho sector no se sienten listos para enfrentar la apertura con los Estados Unidos.
El propio ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, reconoció que"nos falta mucho" y dejó entrever que solo les iría bien a los productores de hortalizas, frutas y verduras.
Por los demás, cree que no obtendrán beneficio alguno del tratado, mientras que el sector lácteo y el arrocero son los que más preocupan.
En la otra cara de la moneda, es decir, entre los beneficiados, se han destacado 500 nuevos productos con opciones reales en el mercado de Estados Unidos, que se agrupan en 20 sectores.
La carne bovina, las grasas vegetales o animales, el azúcar, los chocolates, las galletas y otros productos horneados hacen parte de esta lista de los que tienen oportunidades con el nuevo panorama comercial.
Los afectados
Unos de los que se sienten más amenazados son los productores avícolas. "Eso quedó claro en los procesos de desgravación", dijo Jorge Bedoya, presidente de Fenavi.
Una vez entre en vigencia el TLC, se estima que entrarán al país 27.040 toneladas de cuartos traseros, sin pagar aranceles, a lo que se suma que este sector ha sido marginado de los programas de crédito y financiamiento del DRE.
Pese a ello, la industria buscó una alianza estratégica. Las empresas Friko, Superpollo Paisa y Pimpollo se unieron para comprar insumos y lograr una economía de escala, hoy llamada Operadora Avícola. Además, hay otros ejemplos de integraciones.
Por el lado de la porcicultura, muchos pequeños productores han dejado el negocio pues, en las cuentas de la Asociación Colombiana de Porcicultores (ACP), el 78,8 por ciento de los costos de producción de un cerdo corresponde a alimento balanceado que se trae de Estados Unidos, sin mejores precios de compra para sus lechones. Con el tratado en firme, llegaría inversión extranjera con destino a la modernización de la producción, y así se satisfaría la demanda local y la de los países vecinos.
En cuanto a leche, los gremios del sector consideran que este debe modernizarse para enfrentar a un sector altamente subsidiado en Estados Unidos. Sin embargo, bajo este precepto, se prevé como otro perdedor.
Los ganadores
En el agrícola, entre los que se pueden sentir tranquilos están los productores de banano y flores, que han sido calificados como los 'privilegiados', gracias, en parte, a las ayudas económicas que les ha entregado el Gobierno.
A esto se suma que, por ejemplo, a pesar de que los floricultores venden a Estados Unidos no menos del 76 por ciento de la producción, los empresarios han abierto mercados en 88 países más. Rusia y Reino Unido son los que siguen en importancia.
Pero, además, según un estudio de Araújo Ibarra & Asociados S.A. que se conoce desde el 2006, se destacan sectores como el químico y farmacéutico, plástico y caucho, metales preciosos y joyería, instrumentos de óptica, instrumentos musicales, maderas, muebles y artículos de cama.
Y también tienen expectativas positivas los empresarios del sector de pulpa, papel, editorial y artes gráficas.
Productos como sombreros, gorras con fines deportivos, paraguas y quitasoles, pelucas y pestañas postizas, así como juegos de mesa como el ajedrez y el parqués, tienen grandes oportunidades con el nuevo panorama comercial.
No deben quedar por fuera de los 'bendecidos' los productos como la ropa y los textiles, cuyas exportaciones crecieron en el 2010 un 17,4 por ciento, al igual que las exportaciones de artículos de cuero.
La promesa: 380.000 puestos en cinco años
En contraposición a los críticos radicales del Tratado de Libre Comercio (TLC), quienes han defendido la conveniencia del acuerdo que acaba de ser ratificado por el Congreso de Estados Unidos parten de la premisa de que estimulará la creación de empleo tanto en ese país como en Colombia.
Varias son las cuentas que se han hecho sobre le generación de empleo en el país cuando entre en vigencia el tratado, bien sea por el aumento esperado de las exportaciones hacia su mayor socio comercial, que llevará a contratar más trabajadores, por la inversión extranjera que llegará para aprovechar el acuerdo o por la mejoría en la demanda interna, que implicará incrementar la actividad productiva para responder a esa necesidad.
Las estimaciones van hasta la creación de 380.000 empleos y la reducción de dos puntos en la desocupación al cabo de cinco años de vigencia del acuerdo comercial.
Estos cálculos dependen de los supuestos y de los modelos con los que se hagan, y por eso no hay coincidencia en ellos.
Un trabajo de investigadores del Banco de la República, por ejemplo, advierte que una limitación importante de los modelos utilizados es que se concentran en el impacto sobre las actividades existentes, pero no captan el efecto sobre nuevas actividades de comercio(exportaciones e importaciones de nuevos productos), que normalmente se desarrollan por efecto de la aplicación de estos tratados.
Otro trabajo, de la Universidad de Antioquia, que arroja un impacto positivo sobre el empleo y la desocupación, señala que habría más empleo calificado y no calificado, aunque la mejoría del primero sería mayor.Agrega que el único empleo que disminuiría sería el rural. Esto concordaría con el temor de que el agro sea uno de los afectados con el TLC.
REDACCIÓN EL TIEMPO
Soberanía por 'oportunidades' para pocos
Con el Tratado de Libre Comercio se pone a competir, en condiciones desventajosas para Colombia, a nuestro débil aparato productivo con la primera economía del mundo, fuertemente exportadora de productos agrícolas, industriales y de servicios y decenas de veces más grande. El texto del tratado establece un proceso rápido de desgravación arancelaria, única forma de protección de la producción nacional y, con ello, peligran no solo los arroceros, avicultores, lecheros, cerealeros, algodoneros, sino los pequeños y medianos industriales. También se da pleno acceso a los capitales estadounidenses sin la posibilidad de establecer unos mínimos condicionamientos, de tal forma que, en lugar de la depredación ambiental y el saqueo de los recursos y el trabajo nacionales, contribuyan al desarrollo. Los exportadores de ese país se están frotando las manos y los productores colombianos deberían estar seriamente preocupados.
Con el TLC, el Estado colombiano se priva de la posibilidad de controlar los flujos especulativos y los precios de los medicamentos, y se sustrae de promover el fortalecimiento del mercado interno, la industrialización y el desarrollo social.
Esto se debe a que, en todos los campos, se instaura el predominio de la iniciativa privada y el afán de lucro, el Estado colombiano limita su radio de acción y debe adaptar su legislación a las normas estadounidenses.
Durante los años en que estuvo vigente el ATPDEA, que eliminaba aranceles en Estados Unidos para miles de partidas, Colombia solo exportó a ese país unas decenas de productos, principalmente básicos y sin mayor elaboración, lo cual demuestra las limitaciones estructurales de nuestra oferta exportable. En ese tiempo no solo no se desarrolló una nueva capacidad exportadora, sino que aumentaron sensiblemente la pobreza, el desempleo y la concentración de la tierra.
El Gobierno colombiano, en lugar de estar elevando el nivel de vida de la población para fortalecer la producción agraria e industrial, ha decidido apostar todo el futuro del país a que algunos empresarios tengan "oportunidades de negocios". El precio que paga es la pérdida de la soberanía nacional.
El "Plan de Acción" Obama- Santos no fue sino un pretexto para atenuar la oposición de sectores del partido demócrata al TLC, pero la realidad laboral no ha cambiado. Más allá de los asesinatos de sindicalistas, las sucesivas reformas laborales han deteriorado las condiciones laborales y han debilitado a los sindicatos. Las cooperativas de trabajo que burlan los derechos de los trabajadores se mantienen en otras formas.
El TLC consiste en la profundización de un modelo económico que condujo al mundo a la crisis que se vive desde el 2008 y representa la consolidación, mediante un tratado internacional, de las políticas de apertura económica que han llevado al país a la grave situación que vivimos.
ENRIQUE DAZA
Vocero de Recalca
Recalca: Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio

Más comida y carros 'gringos' en Colombia


Consumidores podrán tener alivio, pues las importaciones de alimentos podrían reducir la inflación.

Al entrar en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, ratificado por el Congreso de ese país el miércoles pasado, se abre la puerta para que las familias tengan alternativas 'gringas' a la leche, el pollo, la gallina y el huevo en la medida en que gradualmente se vayan bajando los impuestos de importación.

Además, la carne de res, el cerdo y el arroz podrían comprarse más baratos en los supermercados.

Este panorama de alivio gradual de los impuestos para traer los productos se comenzará a sentir cuando el TLC entre en vigencia, lo que se espera que suceda más o menos dentro de un año.

Mientras se esperan beneficios para el bolsillo de los consumidores, otras familias aguardan con inquietud, pues viven de la producción de este tipo de alimentos. Es decir, habrá comida barata, pero sacrificando a productores locales.

En cuanto al arroz, desde la entrada en vigencia del acuerdo podrán entrar 79.000 toneladas anuales, cifra que aumentará en 4,5 por ciento cada año.

De pollo, se esperan 26.000 toneladas, en especial de los llamados cuartos traseros, es decir, pierna, pernil y parte de la rabadilla.

A su vez se aguarda el ingreso de 400 toneladas de gallinas de desecho, animales de postura que terminan su ciclo productivo y van a la olla como 'gallina campesina', una carne dura y escasa de nutrientes, pero un plato con muchos consumidores en Colombia.

También, por la misma vía, entrará el maíz para los pollos (amarillo) y el de las arepas (blanco).

Para los paladares más exquisitos, se espera un contingente de 6.400 toneladas de carne de alta calidad, en la medida en que en los Estados Unidos se ceban animales de las razas hereford y aberdeen angus, consideradas las más finas del mundo.

Por el lado de los carros (que gozan de un comercio muy dinámico), de inmediato se verán algunos utilitarios 4 x 4 y tractocamiones. Otros tipos irán ingresando gradualmente a lo largo de diez años.

Pese al ingreso de estos, GM Colmotores ampliará su capacidad de producción para satisfacer un mercado potencial en Colombia de medio millón de carros al año.

Por último, en el comercio por Internet, hoy los envíos a través de ese medio entran como paquetes, es decir tienen un régimen simplificado de importación, el cual es máximo de 1.500 dólares; se pagan el IVA y un arancel del 10 por ciento.

Por ejemplo, la compra de computadores por Internet a empresas estadounidenses está exenta de IVA, una decisión tomada por el Gobierno en el 2006 con el fin de masificar el uso de las herramientas tecnológicas.

Se esperaría que en el inmediato futuro los dos países revisen lo concerniente al comercio electrónico, con el fin de eliminar el arancel vigente y aumentar el valor de las compras, tal como sucedió con el TLC entre México y los Estados Unidos.

Abecé
Facilidades para el comercio bilateral

¿Qué es el TLC con EE. UU.?
Es un acuerdo que facilita el comercio de bienes y servicios entre los dos países. Incluye la protección de las inversiones mutuas y la propiedad intelectual, normas ambientales, sanitarias y fitosanitarias y laborales y de acceso a los recursos de la biodiversidad, entre otros.

¿Cómo facilita el intercambio?

Con la eliminación inmediata o gradual de los aranceles (impuestos), teniendo en cuenta el impacto en determinados sectores o productos.

¿Cómo facilita la compra y venta de servicios?

Con el cumplimiento de las normas fijadas para la inmensa gama de servicios: turismo, educación, seguros, servicios financieros, asesorías, consultorías, etc. Se espera un aumento mutuo de las exportaciones de bienes y servicios, con lo cual se generará más empleo de calidad y mayores ingresos para los trabajadores de uno y otro país.

¿Cuándo entra en vigencia el TLC?

Cuando los dos países certifiquen que sus normas se ajustan al contenido del acuerdo, para lo cual, en el caso de Colombia, deben expedirse leyes, decretos y resoluciones. Parte de este compromiso ya ha sido cumplido. Se prevé que la hora cero llegará en un plazo de entre 6 y 18 meses.

¿Se podrán importar vehículos usados?

La importación de vehículos, ropa y cualquier otro producto usado está prohibida, salvo que el gobierno colombiano decida lo contrario. Lo que sí podrá ingresar son bienes clasificados como remanufacturados si cumplen las exigencias contempladas en el acuerdo.

¿Cómo será la eliminación de los aranceles?

La mayor parte de los bienes fue clasificada en dos grupos para el desmonte del arancel: los del grupo o canasta A, como frutas, algunas carnes, galletas y salsas, tendrán cero arancel desde el primer día de vigencia del acuerdo. Para los de la canasta B, como papel, tintas, vidrio y autopartes, la eliminación será gradual durante cinco años. Para el resto, los plazos superan los cinco años (determinados productos químicos y farmacéuticos, ciertas pinturas y manufacturas plásticas y de la cadena petroquímica) y pueden llegar a 10 años (vehículos de menos de 3.000 cc), 12 años (maíz amarillo), 24 años (cuartos de pollo) y 26 años (arroz). No obstante, se fijaron cupos de importación con arancel cero para maíz, lácteos y arroz desde el primer día de vigencia del TLC.

¿Qué pasará con los bienes cubiertos por el ATPDEA?

Las preferencias arancelarias (no cobro de aranceles) concedidas por Estados Unidos a la mayoría de productos colombianos se mantendrán hasta julio del 2013, para empatar con la vigencia del TLC, si es que no se ha iniciado antes.

¿Los vehículos nuevos importados de Estados Unidos bajarán de precio?

El actual arancel de 35 por ciento para los vehículos de menos de 3.000 cc se eliminará gradualmente en un plazo de 10 años a partir de la vigencia del TLC, lo que debe aumentar la competencia en el mercado colombiano y, en consecuencia, menores precios.

TLC: nuevo factor para consolidar el crecimiento

Con la aprobación del TLC con Estados Unidos concluye una larga espera y se proyecta el comercio exterior como palanca hacia un mayor desarrollo.

Colombia podrá ser, a mediano plazo, un destino de la inversión de clase mundial, por la situación estratégica del país dentro de América Latina, su creciente mano de obra especializada, el mejoramiento del clima de negocios y el esfuerzo conjunto con el sector privado desde el Programa de Transformación Productiva para que 16 sectores de nuestra economía sean jugadores de talla mundial, entre otras iniciativas.

Más inversión y más comercio equivalen a más empresas produciendo y, por ende, más empleos formales para nuestra economía.

El TLC con Estados Unidos es una oportunidad de oro para Colombia. Le da un giro a nuestra agenda de internacionalización y nos permite comenzar a gozar de los beneficios del libre comercio con la economía más desarrollada del mundo.

Estados Unidos es el mercado más grande del mundo, con más de 310 millones de consumidores, un producto interno superior a los 14,6 billones de dólares y un PIB per cápita de 47.400 dólares, según datos del 2010.

El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, junto con los demás TLC que tenemos vigentes, es, además, un soporte clave para que el país haga realidad la meta de triplicar sus exportaciones no mineras en los próximos 10 años, tema en el que ya comenzamos a trabajar de la mano del sector exportador.

La tarea, ahora, para todos los empresarios es redoblar los esfuerzos de emprendimiento e innovación para que el tratado sea la llave que abra el desarrollo del país; aprovechar estos espacios y mercado, repotenciar nuestras empresas de bienes y servicios para atender esta creciente demanda, y dirigir nuestros esfuerzos para hacer de Colombia una nación más próspera.

Desde el Gobierno, ponemos a disposición del país toda nuestra capacidad económica y creativa para que así sea.

Mayor comercio bilateral

La eliminación inmediata o gradual de los aranceles supone un alza del intercambio comercial bilateral. Parte de lo que antes se compraba a un tercer país podrá ser provisto total o parcialmente por EE.UU.

Estimaciones del Gobierno señalan que las ventas colombianas a Estados Unidos aumentarían 1.700 millones de dólares mientras que las importaciones crecerían 1.800 millones de dólares.

Estados Unidos prevé que su facturación a Colombia aumentará 1.000 millones de dólares.

SERGIO DÍAZ-GRANADOS
Ministro de Comercio, Industria y Turismo

(Texto: TLC: nuevo factor para consolidar el crecimiento)

Temas claves del acuerdo.


 ABCEl TLC es más que un pacto comercial. Es el acuerdo más amplio que han negociado los dos países. Estos son sus puntos centrales.



1-HACIA UN MERCADO LIBRE




Desde el primer día de vigencia del acuerdo se eliminarán los aranceles (impuestos a las importaciones) para el 99 por ciento de los productos industriales colombianos y para el 82 por ciento de los provenientes de Estados Unidos. Sin embargo, se fijó el desmonte gradual para algunos sectores. En el caso colombiano la eliminación de aranceles será de diez años para vehículos, de cinco para productos de hierro y acero y de 18 para el arroz y los trozos de pollo.

2-MUCHO MÁS QUE COMERCIO

El TLC contiene una agenda de 23 temas. Incluye garantías y reglas estables para la inversión y derechos de propiedad intelectual, para lo cual se mantendrá una protección de cinco años para los datos de prueba de las multinacionales y la protección que rige para las patentes. Por primera vez, en un tratado de este estilo, se incluye un capítulo referente al tema ambiental, en el que se consignan el respeto a la biodiversidad y los conocimientos tradicionales de las comunidades colombianas. En materia de servicios, el acuerdo facilita la movilización de proveedores en los dos países, especialmente en tecnologías de la información (software e ingeniería de sistemas), y explorar oportunidades de negocios en turismo. Hay un área sobre contrataciones públicas, soluciones de controversias y medidas sanitarias y fitosanitarias.

3-ALGUIEN VIGILARÁ QUE SE CUMPLA

El acuerdo cuenta con un mecanismo de solución de controversias por si alguna parte incumple lo acordado. Además, se crearon varias comisiones técnicas de seguimiento, entre ellas, una comisión administradora con capacidad de tomar decisiones para realizar ajustes a algunas partes de lo negociado. El TLC establece mecanismos de protección como salvaguardias automáticas. Se crearon mecanismos de cooperación técnica que permitan superar los obstáculos que surjan en el desarrollo normal de las actividades de exportación.

4- EL MITO DE LA ROPA USADA

En el acuerdo se prohibió el ingreso de ropa usada al país. Los productos remanufacturados podrían ingresar siempre y cuando sean bienes de capital y maquinaria muy especializada. Pero el gobierno insiste en que en ningún caso se va a presentar una inundación de productos de segunda en Colombia.

5- COMPROMISOS LABORALES

Aunque no hacen parte del texto del acuerdo, Colombia se comprometió con una agenda de normas laborales encaminadas a proteger a los sindicalistas. Para ello llevará a juicio a los autores de crímenes contra estos activistas y asignará más investigaciones judiciales para averiguar casos relacionados con violencia contra sindicalistas. También se comprometió a 'meter en cintura a las cooperativas de trabajo asociado que no estén cumpliendo las normas legales.

6- TODAVÍA NO COMIENZA

El acuerdo no entrará a regir de manera inmediata. Primero hay que expedir una serie de trámites y normas, especialmente en los temas aduaneros y fitosanitarios del país. Este proceso podría tardar alrededor de un año desde la sanción o firma del acuerdo por parte del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

7-EXCLUIDOS DEL TLC

El país no está obligado a privatizar las empresas de telecomunicaciones que sean del gobierno. Se excluyó del acuerdo la telefonía rural, especialmente la que se presta en municipios que cuentan con menos de 4.500 líneas instaladas. Será el gobierno el que ponga en marcha las medidas para mejorar el cubrimiento del servicio. La educación pública, sea básica, media o superior, tampoco se negoció. Los temas migratorios no hacen parte de este acuerdo.

8-LAS ZONAS FRANCAS NO SE TOCAN

Uno de los logros de Colombia fue el mantenimiento de las zonas francas, un régimen que permite el intercambio comercial con otros países con un tratamiento aduanero y tributario especial -las empresas pagan el 15 por ciento de renta frente a la tarifa general del 33 por ciento-. Actualmente hay 107 zonas francas aprobadas.

Ahora, a trabajar

Una vez el presidente Barack Obama firme el TLC, comenzará la etapa de implementación que incluye normas, leyes y otros proyectos que podría tardar un año. ¿Cuáles son?



El TLC ya es una realidad, no tiene marcha atrás y no está en tela de juicio: ya fue ratificado por el Congreso de Estados Unidos y ahora será firmado por el presidente Barack Obama. Sin embargo, todavía tiene un largo camino por recorrer antes de entrar en vigencia. Ahora viene el aterrizaje de todos los compromisos que se hicieron hace cinco años y para ello se necesitarán normas y leyes nuevas.
La primera será una fase técnica de revisión de textos en inglés y español y, luego, el intercambio de instrumentos de ratificación que, en términos jurídicos, es el banderazo para su entrada en vigencia.

Después los dos gobiernos deberán ponerse de acuerdo en temas como procedimientos aduaneros, regulaciones, medidas sanitarias y fitosanitarias, cronograma de desgravación arancelaria y normas relacionadas con marcas y patentes.

Según el ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, el gobierno puede cumplir con estos requisitos en un periodo de entre ocho y 12 meses. "Esperamos que a finales del próximo año haya culminado el proceso".

A Perú esta etapa le tomó 14 meses. Pablo Belaunde, negociador del TLC entre ese país y Estados Unidos, señaló que la puesta en marcha del acuerdo se retrasó debido a la dificultad para poner en marcha los instrumentos jurídicos necesarios para viabilizar los compromisos. Esta etapa es crucial. "El acuerdo comercial es solo un instrumento, no podemos pretender que a partir de allí automáticamente se generen los beneficios, hay que hacer un trabajo en paralelo de coordinación entre el sector público y el privado", dijo Belaunde en entrevista a RCN Radio.

Los cuellos de botella en Colombia no son de poca monta. Hay temas aduaneros, de infraestructura, puertos, sanitarios y fitosanitarios que se deben atender. En promedio, en Colombia la importación o exportación de mercancías se demora hasta 14 días, y no debería superar los dos días. Hay congestión en los puertos porque no hay capacidad para el manejo de contenedores. Se siguen presentado problemas de corrupción y todavía una buena parte de la inspección de las mercancías se hace físicamente porque no están listos los escáneres para hacer la revisión de forma técnica.

Están pendientes grandes transformaciones en el ICA y el Invima para fortalecer los programas sanitarios y fitosanitarios, en el caso del primero, y para agilizar lo relacionado con patentes, en el segundo.

Para el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz, hay que expedir un gran número de leyes en los próximos meses para estar listos a la entrada en vigencia del TLC. En los últimos dos años se han tramitado leyes relacionadas con servicios financieros, propiedad intelectual, servicios postales, así como la Ley del Primer Empleo, que les puso freno a las cooperativas de trabajo asociado que no estaban cumpliendo con las normas laborales.

El sector privado tampoco se puede quedar dormido en los laureles y sabe que debe reducir costos y modernizar sus aparatos productivos para hacerle frente a la competencia. 

Y cómo voy yo SECTORES No a todos les irá igual con el TLC. Mientras algunos están haciendo cuentas alegres, otros están preocupados por la competencia que se les avecina.


ESTÁN TRANQUILOS

AZÚCAR: Tiene grandes expectativas porque aumenta la cuota de exportación: pasará de 25.000 a 75.000 toneladas anuales. Adicionalmente se incluyó la venta de productos de confitería, un renglón que ha venido ganando mercado.

BIOCOMBUSTIBLES: Tiene grandes oportunidades que dependen de la decisión de Estados Unidos de disminuir su dependencia de combustibles fósiles, como el petróleo, e irlos reemplazando por biocombustibles como el etanol y el biodiésel, producción en la que Colombia incursionó hace cerca de una década.

TEXTILES Y CONFECCIONES: Ganan seguridad. Con el TLC se mantendrá indefinidamente el acceso que antes les daban, de forma temporal, las preferencias arancelarias. Se permitirá el ingreso libre de impuestos de confecciones para el hogar, ropa interior femenina y vestidos de baño, entre otros.

SERVICIOS: Hay potencialidades en los servicios profesionales de ingeniería, arquitectura, salud, consultoría, industria gráfica, software y tecnologías de la información, entre otros.

FRUTAS Y HORTALIZAS: Un área en la que se abren grandes esperanzas con el TLC. Aunque ya gozaban de las preferencias arancelarias, los problemas sanitarios y fitosanitarios han dificultado su acceso a ese mercado. Ahora se incluyó una instancia para dirimir esta clase de conflictos y así agilizar el ingreso.

FLORES: Los floricultores, que exportan a esa nación el 75 por ciento de la producción, contarán con reglas de juego estables.

CAFÉ: Se espera mantener un mercado ya conquistado por décadas y al cual los cafeteros dirigen la mayor parte de su producción. De Estados Unidos se podrán importar 130.000 toneladas de café tostado.

VEHÍCULOS: Tendrán un plazo de desgravación de diez años, tiempo en el que las ensambladoras nacionales deberán prepararse para la competencia. El mayor temor para el sector es el TLC con Corea.

PETRÓLEO: Colombia es el sexto proveedor de productos petroleros a Estados Unidos y espera con el acuerdo incrementar las exportaciones teniendo en cuenta que la producción nacional se acerca al millón de barriles diarios de crudo.

ESTÁN PREOCUPADOS

ARROZ: Es uno de los sectores más protegidos en Colombia, con aranceles (impuestos a la importación) del 80 por ciento. El acuerdo permitirá el ingreso progresivo del cereal estadounidense, con un cupo inicial de 79.000 toneladas anuales que se irá incrementando. Por los altos subsidios en Estados Unidos, al país llegará arroz a bajos precios. En 18 años la liberación será total. Este sector en Colombia tiene que hacer una reestructuración a fondo.

PRODUCTOS LÁCTEOS: Se fijó una cuota de exportación colombiana de 9.000 toneladas para subproductos como quesos y mantequillas, pero quedaron por fuera la leche entera y pulverizada. Los productores nacionales no están preparados para llegar a ese mercado con precios competitivos.

CARNE: Aunque se fijó una cuota de exportación de carne colombiana de 5.000 toneladas, no se han agilizado las normas sanitarias y fitosanitarias, lo que podría obstaculizar el ingreso de carne bovina a ese mercado. De Estados Unidos ingresarán, sin aranceles, 6.400 toneladas de cortes finos. Ese país es el primer productor de carne del mundo.

POLLO: Los consumidores estadounidenses prefieren comer la pechuga y consideran como desechos las demás partes del pollo, entre ellas, los cuartos traseros (pierna y pernil), que llegarían, según la industria avícola nacional, a precio irrisorio a Colombia. Las importaciones serían de 26.000 toneladas.

MAÍZ: Se fijaron importaciones de dos millones de toneladas anuales de maíz amarillo -alimento para aves y cerdos- y de 130.000 toneladas de maíz blanco -para consumo humano-, productos que son subsidiados en Estados Unidos. Si Colombia logra aumentar la producción de maíz, como lo está implementando, habría oportunidades.

El tratado imposible Los presidentes Juan Manuel Santos y Barack Obama se reunieron el 24 de septiembre de 2010 por primera vez. Obama habló con franqueza: primero iba a presentar el TLC de Corea para medir el clima político y abrirle así el camino al de Colombia. CRÓNICAEsta es la historia de cómo el TLC estuvo casi hundido, y de cómo resucitó.


Era la primera reunión del presidente Juan Manuel Santos con su colega estadounidense, Barack Obama. Y parecía inevitable abordar el tema que había ocupado la agenda entre los dos países desde 2006: la presentación al Congreso de Estados Unidos del TLC.

Era el 24 de septiembre de 2010. Santos llevaba un mes y medio en el poder, y Obama habló con franqueza: su estrategia, dijo, era presentar primero el TLC con Corea para medir el clima político y evaluar qué tan tortuoso podría ser el camino para aprobar el de Colombia. Para el recién nombrado embajador Gabriel Silva el mensaje era claro: olvídense, por ahora, del TLC. No era factible que el Congreso estadounidense agotara su capital con la votación de Corea y meses después volviera a jugarse con el de Colombia. El libre comercio es un tema explosivo y sensible en Estados Unidos, y era poco probable que los congresistas aceptaran dos TLC.

La incertidumbre creció en diciembre cuando el portavoz de la Casa Blanca comentó que, en su opinión, su gobierno no contaba con los votos para aprobar el tratado. El acuerdo quedaba relegado al cuarto de San Alejo de tratados inconclusos, y Obama le dio un puntillazo final en su discurso sobre el Estado de la Unión del 15 de enero: le pidió al Congreso aprobar el de Corea mientras "buscaba acuerdos con Colombia". Esa era una especie de sin salida para el recién llegado gobierno Santos.

La estrategia colombiana cambió. En lugar de dar la impresión de que suplicaba la aprobación del TLC, y de que este era indispensable y urgente, asumió una actitud despectiva. En reiteradas declaraciones, el embajador Silva dijo que si a finales de 2011 se mantenía el statu quo, su gobierno no insistiría más. El ultimátum causó escozor en Colombia, pero en Washington fue interpretado como una señal de que Colombia estaba a punto de tirar la toalla.

Sin embargo, el giro retórico no era suficiente. Había que persuadir a la escéptica administración Obama de que había una nueva Colombia, que Santos tenía una agenda progresista en temas laborales y de los derechos humanos que tanto resquemor generaban en la bancada demócrata. En febrero, la embajada en Washington programó una visita de una delegación de técnicos norteamericanos a Bogotá. Su misión: palpar sobre el terreno la sinceridad del discurso oficial pro derechos humanos y sindicales. En tres jornadas estos funcionarios escarbaron y preguntaron sobre lo bueno, lo malo y lo feo. De regreso a Washington recomendaron a sus superiores -el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Bill Daley, y el asesor presidencial Michael Froman- que las condiciones estaban dadas para entablar conversaciones con Colombia. Allí nació el plan de acción para asuntos laborales que anunciarían los dos presidentes el 7 de abril.

Sin el efectivo y oportuno cumplimiento del Plan de Acción, la prueba que necesitaba la Casa Blanca para justificar su apoyo al TLC, hubiera sido imposible lograr los votos en el Congreso a favor del tratado.

Pero todo ese esfuerzo habría sido nulo si el TLC con Corea se hubiera presentado en febrero o marzo como llegó a anunciar la administración Obama. Si el acuerdo de Corea arrancaba el trámite legislativo, y Colombia se rezagaba mientras ponia en práctica el plan de acción, el país corría el peligro de quedarse sin el pan y sin el queso. Y para los coreanos era un riesgo esperar que se resolvieran los asuntos colombianos. Al fin y al cabo, el TLC de ellos tenía el apoyo de algunos sindicatos y su impacto económico es diez veces el de Colombia. El poderoso lobby coreano presionaba a las empresas norteamericanas para que apoyaran la opción solitaria; publicó decenas de avisos, llamó insistentemente a sus congresistas aliados y hasta al conmutador de la Casa Blanca.

Colombia buscó nuevos aliados en ambos partidos para equilibrar el embate coreano. Por un lado, los republicanos, que habían retomado la mayoría en la Cámara, temían que el camino promovido por Corea afectara al de Colombia, que había sido negociado por la administración de George W. Bush. Los demócratas amigos del TLC, encabezados por Steny Hoyer en la Cámara y el senador Max Baucus, presidente del Comité de Finanzas, llegaron a la misma conclusión. Con visitas de Baucus a Cartagena en febrero y de congresistas claves -republicanos y demócratas- en abril a Bogotá, la alianza quedó sellada: Colombia y Corea se volvieron inseparables. Se tramitarían al mismo tiempo.

En la tercera semana de septiembre, el embajador de Corea en Washington llamó a sus similares de Colombia y Panamá, el tercer país con TLC congelado, que estaba al vaivén de lo que pasaba con los otros dos. Al calor de un té, el embajador, en un acto de realismo político les propuso coordinar esfuerzos para sacar adelante los acuerdos. La estrategia colombiana de hablar con franqueza, de demostrar resultados sobre el terreno y pegarse a los coreanos desenredó el nudo gordiano que se había convertido el TLC.