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TRM OFICIAL EN COLOMBIA

DE ACUERDO AL ARTÍCULO 88 DEL DECRETO 2685/99 la TRM aplicable al periodo comprendido entre el 11 y el 17 de Septiembre del 2015 es TRM para el 11 de Septiembre de 2015: $3.080,573
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lunes, octubre 17, 2011

Temas claves del acuerdo.


 ABCEl TLC es más que un pacto comercial. Es el acuerdo más amplio que han negociado los dos países. Estos son sus puntos centrales.



1-HACIA UN MERCADO LIBRE




Desde el primer día de vigencia del acuerdo se eliminarán los aranceles (impuestos a las importaciones) para el 99 por ciento de los productos industriales colombianos y para el 82 por ciento de los provenientes de Estados Unidos. Sin embargo, se fijó el desmonte gradual para algunos sectores. En el caso colombiano la eliminación de aranceles será de diez años para vehículos, de cinco para productos de hierro y acero y de 18 para el arroz y los trozos de pollo.

2-MUCHO MÁS QUE COMERCIO

El TLC contiene una agenda de 23 temas. Incluye garantías y reglas estables para la inversión y derechos de propiedad intelectual, para lo cual se mantendrá una protección de cinco años para los datos de prueba de las multinacionales y la protección que rige para las patentes. Por primera vez, en un tratado de este estilo, se incluye un capítulo referente al tema ambiental, en el que se consignan el respeto a la biodiversidad y los conocimientos tradicionales de las comunidades colombianas. En materia de servicios, el acuerdo facilita la movilización de proveedores en los dos países, especialmente en tecnologías de la información (software e ingeniería de sistemas), y explorar oportunidades de negocios en turismo. Hay un área sobre contrataciones públicas, soluciones de controversias y medidas sanitarias y fitosanitarias.

3-ALGUIEN VIGILARÁ QUE SE CUMPLA

El acuerdo cuenta con un mecanismo de solución de controversias por si alguna parte incumple lo acordado. Además, se crearon varias comisiones técnicas de seguimiento, entre ellas, una comisión administradora con capacidad de tomar decisiones para realizar ajustes a algunas partes de lo negociado. El TLC establece mecanismos de protección como salvaguardias automáticas. Se crearon mecanismos de cooperación técnica que permitan superar los obstáculos que surjan en el desarrollo normal de las actividades de exportación.

4- EL MITO DE LA ROPA USADA

En el acuerdo se prohibió el ingreso de ropa usada al país. Los productos remanufacturados podrían ingresar siempre y cuando sean bienes de capital y maquinaria muy especializada. Pero el gobierno insiste en que en ningún caso se va a presentar una inundación de productos de segunda en Colombia.

5- COMPROMISOS LABORALES

Aunque no hacen parte del texto del acuerdo, Colombia se comprometió con una agenda de normas laborales encaminadas a proteger a los sindicalistas. Para ello llevará a juicio a los autores de crímenes contra estos activistas y asignará más investigaciones judiciales para averiguar casos relacionados con violencia contra sindicalistas. También se comprometió a 'meter en cintura a las cooperativas de trabajo asociado que no estén cumpliendo las normas legales.

6- TODAVÍA NO COMIENZA

El acuerdo no entrará a regir de manera inmediata. Primero hay que expedir una serie de trámites y normas, especialmente en los temas aduaneros y fitosanitarios del país. Este proceso podría tardar alrededor de un año desde la sanción o firma del acuerdo por parte del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

7-EXCLUIDOS DEL TLC

El país no está obligado a privatizar las empresas de telecomunicaciones que sean del gobierno. Se excluyó del acuerdo la telefonía rural, especialmente la que se presta en municipios que cuentan con menos de 4.500 líneas instaladas. Será el gobierno el que ponga en marcha las medidas para mejorar el cubrimiento del servicio. La educación pública, sea básica, media o superior, tampoco se negoció. Los temas migratorios no hacen parte de este acuerdo.

8-LAS ZONAS FRANCAS NO SE TOCAN

Uno de los logros de Colombia fue el mantenimiento de las zonas francas, un régimen que permite el intercambio comercial con otros países con un tratamiento aduanero y tributario especial -las empresas pagan el 15 por ciento de renta frente a la tarifa general del 33 por ciento-. Actualmente hay 107 zonas francas aprobadas.

Ahora, a trabajar

Una vez el presidente Barack Obama firme el TLC, comenzará la etapa de implementación que incluye normas, leyes y otros proyectos que podría tardar un año. ¿Cuáles son?



El TLC ya es una realidad, no tiene marcha atrás y no está en tela de juicio: ya fue ratificado por el Congreso de Estados Unidos y ahora será firmado por el presidente Barack Obama. Sin embargo, todavía tiene un largo camino por recorrer antes de entrar en vigencia. Ahora viene el aterrizaje de todos los compromisos que se hicieron hace cinco años y para ello se necesitarán normas y leyes nuevas.
La primera será una fase técnica de revisión de textos en inglés y español y, luego, el intercambio de instrumentos de ratificación que, en términos jurídicos, es el banderazo para su entrada en vigencia.

Después los dos gobiernos deberán ponerse de acuerdo en temas como procedimientos aduaneros, regulaciones, medidas sanitarias y fitosanitarias, cronograma de desgravación arancelaria y normas relacionadas con marcas y patentes.

Según el ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, el gobierno puede cumplir con estos requisitos en un periodo de entre ocho y 12 meses. "Esperamos que a finales del próximo año haya culminado el proceso".

A Perú esta etapa le tomó 14 meses. Pablo Belaunde, negociador del TLC entre ese país y Estados Unidos, señaló que la puesta en marcha del acuerdo se retrasó debido a la dificultad para poner en marcha los instrumentos jurídicos necesarios para viabilizar los compromisos. Esta etapa es crucial. "El acuerdo comercial es solo un instrumento, no podemos pretender que a partir de allí automáticamente se generen los beneficios, hay que hacer un trabajo en paralelo de coordinación entre el sector público y el privado", dijo Belaunde en entrevista a RCN Radio.

Los cuellos de botella en Colombia no son de poca monta. Hay temas aduaneros, de infraestructura, puertos, sanitarios y fitosanitarios que se deben atender. En promedio, en Colombia la importación o exportación de mercancías se demora hasta 14 días, y no debería superar los dos días. Hay congestión en los puertos porque no hay capacidad para el manejo de contenedores. Se siguen presentado problemas de corrupción y todavía una buena parte de la inspección de las mercancías se hace físicamente porque no están listos los escáneres para hacer la revisión de forma técnica.

Están pendientes grandes transformaciones en el ICA y el Invima para fortalecer los programas sanitarios y fitosanitarios, en el caso del primero, y para agilizar lo relacionado con patentes, en el segundo.

Para el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz, hay que expedir un gran número de leyes en los próximos meses para estar listos a la entrada en vigencia del TLC. En los últimos dos años se han tramitado leyes relacionadas con servicios financieros, propiedad intelectual, servicios postales, así como la Ley del Primer Empleo, que les puso freno a las cooperativas de trabajo asociado que no estaban cumpliendo con las normas laborales.

El sector privado tampoco se puede quedar dormido en los laureles y sabe que debe reducir costos y modernizar sus aparatos productivos para hacerle frente a la competencia. 

Y cómo voy yo SECTORES No a todos les irá igual con el TLC. Mientras algunos están haciendo cuentas alegres, otros están preocupados por la competencia que se les avecina.


ESTÁN TRANQUILOS

AZÚCAR: Tiene grandes expectativas porque aumenta la cuota de exportación: pasará de 25.000 a 75.000 toneladas anuales. Adicionalmente se incluyó la venta de productos de confitería, un renglón que ha venido ganando mercado.

BIOCOMBUSTIBLES: Tiene grandes oportunidades que dependen de la decisión de Estados Unidos de disminuir su dependencia de combustibles fósiles, como el petróleo, e irlos reemplazando por biocombustibles como el etanol y el biodiésel, producción en la que Colombia incursionó hace cerca de una década.

TEXTILES Y CONFECCIONES: Ganan seguridad. Con el TLC se mantendrá indefinidamente el acceso que antes les daban, de forma temporal, las preferencias arancelarias. Se permitirá el ingreso libre de impuestos de confecciones para el hogar, ropa interior femenina y vestidos de baño, entre otros.

SERVICIOS: Hay potencialidades en los servicios profesionales de ingeniería, arquitectura, salud, consultoría, industria gráfica, software y tecnologías de la información, entre otros.

FRUTAS Y HORTALIZAS: Un área en la que se abren grandes esperanzas con el TLC. Aunque ya gozaban de las preferencias arancelarias, los problemas sanitarios y fitosanitarios han dificultado su acceso a ese mercado. Ahora se incluyó una instancia para dirimir esta clase de conflictos y así agilizar el ingreso.

FLORES: Los floricultores, que exportan a esa nación el 75 por ciento de la producción, contarán con reglas de juego estables.

CAFÉ: Se espera mantener un mercado ya conquistado por décadas y al cual los cafeteros dirigen la mayor parte de su producción. De Estados Unidos se podrán importar 130.000 toneladas de café tostado.

VEHÍCULOS: Tendrán un plazo de desgravación de diez años, tiempo en el que las ensambladoras nacionales deberán prepararse para la competencia. El mayor temor para el sector es el TLC con Corea.

PETRÓLEO: Colombia es el sexto proveedor de productos petroleros a Estados Unidos y espera con el acuerdo incrementar las exportaciones teniendo en cuenta que la producción nacional se acerca al millón de barriles diarios de crudo.

ESTÁN PREOCUPADOS

ARROZ: Es uno de los sectores más protegidos en Colombia, con aranceles (impuestos a la importación) del 80 por ciento. El acuerdo permitirá el ingreso progresivo del cereal estadounidense, con un cupo inicial de 79.000 toneladas anuales que se irá incrementando. Por los altos subsidios en Estados Unidos, al país llegará arroz a bajos precios. En 18 años la liberación será total. Este sector en Colombia tiene que hacer una reestructuración a fondo.

PRODUCTOS LÁCTEOS: Se fijó una cuota de exportación colombiana de 9.000 toneladas para subproductos como quesos y mantequillas, pero quedaron por fuera la leche entera y pulverizada. Los productores nacionales no están preparados para llegar a ese mercado con precios competitivos.

CARNE: Aunque se fijó una cuota de exportación de carne colombiana de 5.000 toneladas, no se han agilizado las normas sanitarias y fitosanitarias, lo que podría obstaculizar el ingreso de carne bovina a ese mercado. De Estados Unidos ingresarán, sin aranceles, 6.400 toneladas de cortes finos. Ese país es el primer productor de carne del mundo.

POLLO: Los consumidores estadounidenses prefieren comer la pechuga y consideran como desechos las demás partes del pollo, entre ellas, los cuartos traseros (pierna y pernil), que llegarían, según la industria avícola nacional, a precio irrisorio a Colombia. Las importaciones serían de 26.000 toneladas.

MAÍZ: Se fijaron importaciones de dos millones de toneladas anuales de maíz amarillo -alimento para aves y cerdos- y de 130.000 toneladas de maíz blanco -para consumo humano-, productos que son subsidiados en Estados Unidos. Si Colombia logra aumentar la producción de maíz, como lo está implementando, habría oportunidades.

El tratado imposible Los presidentes Juan Manuel Santos y Barack Obama se reunieron el 24 de septiembre de 2010 por primera vez. Obama habló con franqueza: primero iba a presentar el TLC de Corea para medir el clima político y abrirle así el camino al de Colombia. CRÓNICAEsta es la historia de cómo el TLC estuvo casi hundido, y de cómo resucitó.


Era la primera reunión del presidente Juan Manuel Santos con su colega estadounidense, Barack Obama. Y parecía inevitable abordar el tema que había ocupado la agenda entre los dos países desde 2006: la presentación al Congreso de Estados Unidos del TLC.

Era el 24 de septiembre de 2010. Santos llevaba un mes y medio en el poder, y Obama habló con franqueza: su estrategia, dijo, era presentar primero el TLC con Corea para medir el clima político y evaluar qué tan tortuoso podría ser el camino para aprobar el de Colombia. Para el recién nombrado embajador Gabriel Silva el mensaje era claro: olvídense, por ahora, del TLC. No era factible que el Congreso estadounidense agotara su capital con la votación de Corea y meses después volviera a jugarse con el de Colombia. El libre comercio es un tema explosivo y sensible en Estados Unidos, y era poco probable que los congresistas aceptaran dos TLC.

La incertidumbre creció en diciembre cuando el portavoz de la Casa Blanca comentó que, en su opinión, su gobierno no contaba con los votos para aprobar el tratado. El acuerdo quedaba relegado al cuarto de San Alejo de tratados inconclusos, y Obama le dio un puntillazo final en su discurso sobre el Estado de la Unión del 15 de enero: le pidió al Congreso aprobar el de Corea mientras "buscaba acuerdos con Colombia". Esa era una especie de sin salida para el recién llegado gobierno Santos.

La estrategia colombiana cambió. En lugar de dar la impresión de que suplicaba la aprobación del TLC, y de que este era indispensable y urgente, asumió una actitud despectiva. En reiteradas declaraciones, el embajador Silva dijo que si a finales de 2011 se mantenía el statu quo, su gobierno no insistiría más. El ultimátum causó escozor en Colombia, pero en Washington fue interpretado como una señal de que Colombia estaba a punto de tirar la toalla.

Sin embargo, el giro retórico no era suficiente. Había que persuadir a la escéptica administración Obama de que había una nueva Colombia, que Santos tenía una agenda progresista en temas laborales y de los derechos humanos que tanto resquemor generaban en la bancada demócrata. En febrero, la embajada en Washington programó una visita de una delegación de técnicos norteamericanos a Bogotá. Su misión: palpar sobre el terreno la sinceridad del discurso oficial pro derechos humanos y sindicales. En tres jornadas estos funcionarios escarbaron y preguntaron sobre lo bueno, lo malo y lo feo. De regreso a Washington recomendaron a sus superiores -el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Bill Daley, y el asesor presidencial Michael Froman- que las condiciones estaban dadas para entablar conversaciones con Colombia. Allí nació el plan de acción para asuntos laborales que anunciarían los dos presidentes el 7 de abril.

Sin el efectivo y oportuno cumplimiento del Plan de Acción, la prueba que necesitaba la Casa Blanca para justificar su apoyo al TLC, hubiera sido imposible lograr los votos en el Congreso a favor del tratado.

Pero todo ese esfuerzo habría sido nulo si el TLC con Corea se hubiera presentado en febrero o marzo como llegó a anunciar la administración Obama. Si el acuerdo de Corea arrancaba el trámite legislativo, y Colombia se rezagaba mientras ponia en práctica el plan de acción, el país corría el peligro de quedarse sin el pan y sin el queso. Y para los coreanos era un riesgo esperar que se resolvieran los asuntos colombianos. Al fin y al cabo, el TLC de ellos tenía el apoyo de algunos sindicatos y su impacto económico es diez veces el de Colombia. El poderoso lobby coreano presionaba a las empresas norteamericanas para que apoyaran la opción solitaria; publicó decenas de avisos, llamó insistentemente a sus congresistas aliados y hasta al conmutador de la Casa Blanca.

Colombia buscó nuevos aliados en ambos partidos para equilibrar el embate coreano. Por un lado, los republicanos, que habían retomado la mayoría en la Cámara, temían que el camino promovido por Corea afectara al de Colombia, que había sido negociado por la administración de George W. Bush. Los demócratas amigos del TLC, encabezados por Steny Hoyer en la Cámara y el senador Max Baucus, presidente del Comité de Finanzas, llegaron a la misma conclusión. Con visitas de Baucus a Cartagena en febrero y de congresistas claves -republicanos y demócratas- en abril a Bogotá, la alianza quedó sellada: Colombia y Corea se volvieron inseparables. Se tramitarían al mismo tiempo.

En la tercera semana de septiembre, el embajador de Corea en Washington llamó a sus similares de Colombia y Panamá, el tercer país con TLC congelado, que estaba al vaivén de lo que pasaba con los otros dos. Al calor de un té, el embajador, en un acto de realismo político les propuso coordinar esfuerzos para sacar adelante los acuerdos. La estrategia colombiana de hablar con franqueza, de demostrar resultados sobre el terreno y pegarse a los coreanos desenredó el nudo gordiano que se había convertido el TLC.

EL Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que permaneció congelado cinco años y que llegó a estar más muerto que vivo, terminó aprobado en tiempo récord y por un amplio margen, si se compara con otros anteriores, como los de Chile y Centroamérica.

El hecho de que hubieran transcurrido casi cinco años entre la negociación y la ratificación ha puesto a pensar a muchos sobre si cambiaron -para bien o para mal- las expectativas que se habían generado inicialmente alrededor del tratado.

Evolución del TLC Colombia-Estados Unidos (2004-2011)
Los ejercicios que se hicieron, en su momento, basados en modelos económicos, indicaban que el TLC podría tener un efecto positivo en la estructura productiva del país -mejoraría la competitividad de las empresas­- e incrementaría en 1 por ciento el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia cada año de la vigencia. Esto, como consecuencia de un aumento en las exportaciones y en la inversión extranjera, lo que a su vez debería reflejarse en un crecimiento del empleo. Pese a las preocupaciones de muchos sectores, especialmente del agrícola, el balance, en el papel, era más favorable que adverso.

Pero las circunstancias han variado mucho en este quinquenio. El tiempo, que parece corto, para la economía ha sido largo. Hace cinco años nadie hablaba de recesión en Estados Unidos y la tasa de desocupación estaba en 4,5 por ciento, el nivel más bajo desde 2001. El contraste es evidente. Hoy, el desempleo en Estados Unidos supera el 9 por ciento y la economía está en crisis: la probabilidad de una nueva recesión es superior al 60 por ciento.

Por otro lado, en materia de comercio, el mundo no era más abierto hace siete años que ahora, pero con la crisis de la economía en 2008, las ideas anti libre mercado se han fortalecido y hay un rebrote del proteccionismo, que es adverso a los TLC.

En Colombia, el ciclo económico viene en ascenso desde que comenzaron las negociaciones, la inversión extranjera y las exportaciones siguen en auge (sin TLC) y los precios de las materias primas que vende el país están disparados.

Sin duda, el TLC con Estados Unidos llega en otro instante para la economía mundial y esto abre la duda sobre si se cumplirán las expectativas que tenía Colombia inicialmente. Algunos analistas piensan que este es un buen momento para sacarle partido al tratado, pero también hay voces menos optimistas.

Para el presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas, es una buena noticia para enfrentar el año 2012, que será de desaceleración mundial. "Yo creo que este instrumento más el que tenemos ya vigente con Canadá y Suiza y el que estará vigente con la Unión Europea nos ayudarán a compensar con creces la caída mundial y podremos pasar a un año 2012 con crecimiento positivo, no solo en producto, sino en empleo".

El exministro de Comercio Jorge Humberto Botero señala que el TLC es una política de largo plazo, y que la economía norteamericana en algún momento se recuperará. No hay que olvidar que es la economía más grande del mundo: el mayor exportador e importador del planeta.
Hasta podría decirse que al TLC lo salvó la campana porque con el proteccionismo que se está imponiendo en todo el mundo, y con un incierto año electoral en 2012, pasará mucho tiempo antes de que Estados Unidos vuelva a firmar otro acuerdo comercial. Con el fracaso del multilateralismo en la Ronda de Doha (negociaciones comerciales entre los miembros de la Organización Mundial del Comercio) y del Área de Libre Comercio de las Américas (Alca), los países no tienen de otra opción más que acudir a los acuerdos bilaterales para buscar beneficios comerciales.

Así las cosas, en buena hora se logró destrabar el acuerdo con Estados Unidos, un país con tradición de libre mercado, pero que atraviesa un momento de deterioro económico -desempleo creciente durante tres años- que fortalece la corriente proteccionista.
Esta circunstancia se convierte en una gran oportunidad para Colombia. El hecho de que Brasil no tenga un TLC con Estados Unidos, por ejemplo, ya ha despertado el interés de empresarios de ese país para buscar a Colombia como plataforma de localización y, respetando las reglas de origen, tener mayor acceso al mercado más grande del mundo. Lo propio está ocurriendo con inversionistas de otros países.

El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, dice que el hecho de que Perú, Chile, México, Centroamérica y ahora Panamá tengan TLC con Estados Unidos le da un mayor sentido al tratado colombiano. "Si no tuviéramos TLC, sería como entregarles en bandeja de plata a los centroamericanos ese mercado, porque ellos tienen una oferta exportable similar a la nuestra, mejor infraestructura y están más cerca de Estados Unidos. Las posibilidades de Colombia quedarían borradas si no tuviéramos TLC y ellos sí".

Para el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, el Tratado de Libre Comercio llega en el momento más oportuno. Su argumento es el siguiente. Hace un año, los costos de mano de obra manufacturera en Asia estaban alrededor de los 60 centavos de dólar y hoy están en un nivel de 1,60. Mientras tanto, en Colombia, el valor es de 1,70, lo que da un margen para competir con los asiáticos en el mercado gringo con productos de valor agregado.

Además de esto, Echeverry considera que es la opción para que las empresas pongan en marcha las inversiones que han estado frenadas por la incertidumbre del tratado.

La Andi considera que ahora los industriales colombianos podrán tener grandes fortalezas para enfrentar la competencia con países como China e India, al contar con las ventajas propias del tratado y el respaldo de una potencia económica como Estados Unidos.

No hay que olvidar que la economía china ha pasado a ser una de las más dinámicas del mundo. China ha empezado a desplazar a los exportadores latinoamericanos que sustentan su competitividad en mano de obra de bajo costo e incluso ha llegado a ser uno de los principales proveedores de América Latina.

Colombia sigue siendo un país exportador de bienes primarios -70 por ciento de la oferta exportable-, y aunque esto no es lo ideal porque estos productos son intensivos en capital y no en mano de obra, el TLC llega en un momento en el cual los precios de las materias primas y commodities están en alza -y seguirán en estos niveles-, lo cual permite sacarle más provecho a esta característica de la oferta exportadora.

A todo lo anterior hay que agregar que en las últimas semanas se produjo una inesperada devaluación del peso frente al dólar, lo cual aumenta la competitividad de los exportadores. Y aunque el aumento de la tasa de cambio no es estructural y puede no ser duradera, al menos demuestra que tampoco es inexorable la tendencia que se venía produciendo en sentido contrario -la revaluación-, que tenía con los pelos de punta a los productores nacionales.

Que sea un pretexto
El TLC no es una panacea ni su aprobación traerá de inmediato toda clase de beneficios. Pablo Belaunde, coordinador del TLC con Perú, dice que "hay que hacer un trabajo en paralelo para mejorar la competitividad".

El ex ministro de Hacienda José Antonio Ocampo considera que los TLC crean oportunidades y riesgos a la vez. "El que no son panacea lo muestra el caso de México bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte: mucho crecimiento exportador y mucha inversión, pero muy lento crecimiento, mucho menos que el de Colombia desde 1994 sin TLC".

Según Ocampo, las mayores exportaciones no serán automáticas y "dudo que se cumpla la aspiración, más que la meta, de triplicarlas en cinco años. Y, mucho más importante, como lo refleja el caso mexicano, no se traducirán necesariamente en mayor crecimiento porque habrá sectores afectados". La clave -dice- es crear las condiciones para que los sectores productivos se beneficien de la oportunidad, lo que significa una estrategia productiva de largo alcance y una tasa de cambio competitiva. "Temo que ninguna de las dos está dada hoy en día".

Aunque no vale la pena llorar sobre la leche derramada, Sergio Clavijo, director de Anif, señala que la tardanza en la ratificación del TLC con Estados Unidos hizo perder un tiempo precioso en la consolidación de un sector exportador mejor balanceado, lo que generó sesgos a favor de producciones capital-intensivas y en detrimento de las oportunidades de empleo y equilibrios sociales más duraderos. "Ese tiempo precioso jugó en contra de Colombia, pero a favor de México, Chile, Perú y toda Centroamérica".

Esto se corrobora con lo que ha sucedió mientras el TLC estuvo hibernando. Desde 2006, las exportaciones no tradicionales hacia Estados Unidos se han mantenido casi constantes mientras que las tradicionales han venido en permanente incremento.

Esto lo que demuestra, dice Clavijo, es que la penetración de las exportaciones de commodities no requiere de TLC, pero las no tradicionales (las intensivas en mano de obra) sí lo requieren, siendo este el gran desafío que enfrenta Colombia.

La verdad es que más allá de la posibilidad de tener acceso al mercado más grande del mundo, a una economía que representa cerca de la tercera parte del PIB mundial (14,7 billones de dólares), con una población de 300 millones de habitantes y con una alta capacidad de consumo (PIB per capita de 47.300 dólares), ocho veces más alta que Colombia, el TLC lo mejor que tiene es que será un pretexto para que el país progrese y se desarrolle.

En general, abre un potencial amplio para que Colombia se transforme. Es la mejor excusa para dar un salto al siglo XXI, superar el atraso que tiene la infraestructura del país; poner a las instituciones sanitarias, fitosanitarias, portuarias, aduaneras, a nivel de talla mundial; elevar el nivel educativo de los colombianos; cerrar la brecha que el país mantiene en invocación, ciencia y tecnología; ampliar la oferta exportable y generar empleo. Si se hacen bien las cosas, paradójicamente también el sector agropecuario, que se siente amenazado, se puede convertir en un gran motor de crecimiento, como ya está sucediendo en Perú, así no todo sea por efecto del TLC.

Desde el punto de vista político, los países que tienen TLC con Estados Unidos han fortalecido esta relación bilateral, que para cualquier país es crucial. Incluso México, país que tuvo siempre una actitud de amor y odio hacia el coloso del norte, se ha convertido en un estrecho socio. Colombia tiene sólidos lazos diplomáticos con Washington, en especial desde la existencia del Plan Colombia desde hace una década. Con los intereses que se fortalecerán entre los empresarios de cada país, el matrimonio tendrá una suerte de blindaje frente a los sube y baja de otros tiempos.

El gobierno Santos tiene un gran desafío. Tendrá que mostrar su capacidad de ejecución y liderazgo para coordinar la transformación de la estructura productiva en muchos sectores, implementar reformas y modernizar las instituciones. Si el país aprovecha esta oportunidad que da el TLC, la espera habrá valido la pena.

Evolución del TLC  Colombia-Estados Unidos (2004-2011)

  1. El 18 de mayo de 2004, en Cartagena, se inició la primera ronda de negociaciones para la firma de un TLC con Estados Unidos, con Hernando José Gómez al frente del equipo.
  2. En marzo de 2006, Colombia entregó  los textos, anexos y listados de desgravación completos al gobierno de Estados Unidos, tanto en inglés como en español. 
  3. El 24 de agosto de 2006, el gobierno de Estados Unidos efectuó la notificación oficial del TLC. 
  4. El 22 de noviembre de 2006, el ministro de Comercio, Jorge Humberto Botero, y el representante comercial de Estados Unidos, John Veroneau, firmaron en Washington el TLC.
  5. En julio de 2007, el Tratado fue aprobado en el Congreso colombiano y sancionado por el presidente de la República.
  6. El 24 de julio de 2008, la Corte Constitucional dio el aval al TLC.
  7. 2008 En plena crisis económica en Estados Unidos, la embajadora Carolina Barco programa visitas de congresistas a Colombia para tratar de ambientar el acuerdo.
  8. El 13 de enero de 2009 se encontraron por última vez Uribe y Bush, y ya no había nada que hacer. El TLC pasó a manos de Barack Obama.
  9. 2011 Los presidentes Santos y Obama firman un plan de acción para tratar de descongelar el TLC.
  10. 2011 Bajo el liderazgo del embajador en Washington, Gabriel Silva, comenzó la tarea de agilizar el plan de acción y mover el interés del Congreso norteamericano.
  11. El 3 de octubre DE 2011 se inició el trámite del Tratado en el legislativo de Estados Unidos.
  12. El 13 de octubre de 2011, el Congreso de Estados Unidos ratificó los tratados de Colombia, Panamá y Corea.

Del TLC con E.E.U.U.


El congreso de los EEUU aprobó el texto  definitivo del TLC con nuestro país – junto con los de Panamá y Corea del Sur – para luego pasar a sanción presidencial, nos conviene saber si nuestras empresas en la región Caribe se encuentran preparadas para tener la posibilidad de que sus productos o servicios entren de manera preferencial al principal mercado consumidor del mundo, hecho que deberá concretarse en unos seis meses.
Aparte de las necesidades de infraestructura vial y portuaria de nuestra región -  hecho en el cual el país es consciente de su atraso y en cuyo renglón ocupa los peores lugares en competitividad internacional – y de la tan ansiada recuperación de la navegabilidad del río Magdalena, uno de los principales requisitos para lograr penetrar en este mercado de más de 300 millones de habitantes es que la calidad de los procesos, productos y/o servicios de las empresas de la costa se rencuentren certificados por un ente reconocido nacional e internacionalmente. Así los compradores norteamericanos tendrán la confianza de saber que lo que ofertamos  tiene esa connotación.
En ese orden de ideas, dialogamos con el director en la costa del Icontec (Instituto Colombiano de Normas Técnicas): Juan Carlos Martínez Tobo, pues recordemos que esa entidad – fundad en 1.963 -  tiene hoy presencia en 13 países de Centro y Suramérica y está acreditada, entre otros, por el Instituto Americano de Normas Nacionales de EEUU (ANSI). Es, sin lugar a dudas, el mayor y más experimentado certificador de la calidad en Colombia.
Allí nos enteramos de unas cifras por demás preocupantes: En el Caribe colombiano existen unas 70 mil empresas – entre grandes, medianas, pequeñas o micros; privadas o públicas; manufactureras o de servicios – formalizadas a través de las cámaras de comercio de la región, y solo 642 de ellas tienen certificado de calidad en alguno de sus procesos así: Atlántico 295, Bolívar 208, Cesar 27, Córdoba 42, La Guajira 16, Magdalena 38, Sucre 12 y San Andrés 4. Es decir, que menos del 1% de las empresas de nuestra región tienen alguno de sus procesos certificados en calidad…!! O lo que es lo mismo: más del 99% se encuentran sin tal requisito..!!. Llama la atención  que, por especificidad de la norma técnica, en toda la costa existen solo 13 empresas con certificados vigentes en calidad turística, 42 en gestión para micros y pequeñas empresas, 26 en sistemas de gestión ambiental, 2 en inocuidad de alimentos y 17 en gestión pública.
No entendemos como estamos pensando en nuestra inserción en la economía global, en la elaboración de planes departamentales de competitividad y en el aprovechamiento de los TLC que ha firmado el gobierno colombiano con Centroamérica, Canadá, la Unión Europea y ahora el tan esperado con los EEUU, si ni siquiera llenamos los mínimos requisitos de una certificación con validez internacional que demuestre, de forma permanente, que los productos o servicios de nuestras empresas cumplen con un referencial técnico bajo sistemas de fabricación y control eficaces y confiables, lo cual proporcionaría respaldo y seguridad al tratar de establecer nuevas relaciones comerciales con los consumidores en el mundo.


Fuente:  http://www.vamosaandar.com/?p=17900

Del TLC COLOMBIA - E.E.U.U.


TLC

MIGUEL YANCES PEÑA




Nunca puse en duda que este tratado comercial sería aprobado en el congreso de los EUA; pero creí que sería el gobierno de Bush quien lo firmaría.

Entre otras, porque si se puede creer “un poquito” en la información que circula por el mundo -en especial cuando es traducida (usualmente la gente entiende lo que quiere)- Barack Obama (y los demócratas su partido) se opusieron al mismo durante la campaña por la presidencia, y Dios sabrá cuántos votos lograron con esa actitud. Paradójicamente es él quien lo presenta al congreso y quien lo firmará.Lo anterior deja entrever que en política no existen verdades, todo está al vaivén de las circunstancias (los intereses de grupo y las pasiones), y lo que antes se objetaba, en cualquier momento se pasa a defender.Cómo ya Uribe no es presidente, quienes en Colombia supuestamente se oponían, ahora callan, demostrando que lo que les preocupaba era obstruir a un gobierno sin importar qué se sacrificaba con ello.Para resumir, el TLC, primero que todo, beneficiará al consumidor que podrá adquirir, cuando se desgraven al 100%, bienes y materias primas a menor precio que los que entran de contrabando, pues no habrá ilegalidad ni riesgos; segundo, crecerán las exportaciones, pues nuestros bienes serán más competitivas (más baratos al no tener que pagar aranceles) que los de muchos de nuestros competidores en ese mercado.Como consecuencia de lo anterior, los empresarios de muchos países (sudamericanos, pero también europeos, asiáticos tal vez), querrán establecerse en el país, para tener un acceso más próximo y competitivo a los EUA. Todo ello “debe” -eso indica el sentido común- aumentar el empleo.Qué pasara con el tipo de cambio se preguntarán algunos. El tipo de cambio es un determinante importantísimo de la competitividad: un peso fortalecido por el monto de las exportaciones y el ingreso de divisas que aportan los inversionistas y especuladores, puede echar al suelo todas las ventajas de la desgravación arancelaria en el norte.El país no tiene -como si sucede en China y Venezuela, por citar dos ejemplos- control del tipo de cambio; y no tenerlo es una condición sine quanon de cualquier tratado comercial. Son las fuerzas del mercado (oferta y demanda; es decir importaciones y exportaciones más inversión extranjera) las que determinan su valor.No obstante ese es un proceso dinámico, en el que cada tendencia –valorización y desvalorización- fortalece la tendencia contraria: la abundancia de divisas, que provoca una reevaluación del peso, incrementa las importaciones que lo devalúa. Y viceversa, la devaluación que produce el incremento de las importaciones, hace atractiva las exportaciones y la inversión extranjera, que lo revalúa.Creo que el mercado -mientras se evite su manipulación- buscará su propio equilibrio.Por otro lado, algunos sectores de la economía se perjudicarán; perderán privilegios –los monopólicos u oligopólicos propios de una economía cerrada- que ha costeado durante mucho tiempo el consumidor al pagar altos precios; y el contribuyente, al ser subsidiados.En ellos la desgravación arancelaria es gradual; no obstante con el tiempo se podría producir desempleo, a cambio –como consecuencia- de un menor precio para el consumidor.
*Ing. Electrónico, MBA, Pensionado de Electricaribe
Fuente: http://www.eluniversal.com.co/columna/tlc

jueves, octubre 13, 2011

LAS 32 COSAS QUE TODO EL MUNDO DEBE SABER SOBRE EL DINERO

Por Marcela Villamil Kiewu

Para poder asegurar un futuro próspero y sin problemas financieros, tenga en cuenta esta lista de todo lo que debe saber y aprender sobre Finanzas Personales.



1.   El dinero es una herramienta para conseguir lo que quiere, no es el objetivo final.

2.   Su mente es el activo más importante.

3.   Hay una pequeña correlación entre el salario y la felicidad, pero sólo hasta cierto punto.

4.   Un objetivo financiero que no tenga fecha límite y un plan para realizarse, es sólo un deseo financiero.

5.   Usted es la única persona que realmente cuidará de su dinero.

6.   No hay una sola receta válida para administrar el dinero.

7.   Usted puede tener lo que quiera en la vida, siempre y cuando se mentalice y lo priorice.

8.   Si desea felicidad, al máximo trate de gastar su dinero en experiencias y no en cosas.

9.   El objetivo de una inversión es obtener la mayor rentabilidad después de impuestos y gastos.

10.   La mejor inversión: la inversión en usted mismo.

11.   Usted tiene una capacidad limitada para ahorrar dinero, y una capacidad ilimitada para gastarlo.

12.   Usted controla lo que es posible con lo que cree que es posible.

13.   El 99% de las noticias financieras no influyen sobre sus inversiones.

14.   Invertir puede ser tan fácil como poner su dinero en un fondo de pensiones bien administrado.

15.   Para un joven inversionista es mejor concentrarse en cuánto dinero está acumulando, más que en el aumento marginal del rendimiento de sus inversiones.

16.   Dinero sin tiempo, no sirve para nada.

17.   Usted no tiene que hacer dinero, de la misma manera que lo pierde.

18.   Aprenda, investigue y entienda la magia del interés compuesto.

19.   La forma más rápida para disminuir su riqueza es pedir prestado dinero para comprar un activo que se deprecia.

20.   Usted puede pedir prestado para pagar la universidad de sus hijos, pero no para su jubilación.

21.   Lo inesperado va a suceder, un fondo de emergencia es muy importante.

22.   Hay que asegurar los activos que están expuestos a cualquier riesgo, recuerde que hacen parte de su riqueza.

23.   Un hábito financiero sólo se puede cambiar en un momento de bonanza.

24.   No sobreestime la cantidad de dinero que necesita para vivir su vida deseada.

25.   Un aumento de salario, debe reflejarse en un aumento en el ahorro.

26.   El dinero produce más dinero.

27.   El objetivo del dinero: administrarlo para alcanzar sus metas en la vida.

28.   Invertir es simple, pero no fácil.

29.   El propósito de un presupuesto no es ver para dónde fue el dinero, sino para determinar hacia dónde debe ir.

30.   La información no necesariamente conduce a la acción.

31.   Debe mantener siempre la fuerza de voluntad para cumplir sus metas financieras.

32.   La vida no se trata de dinero.

domingo, octubre 02, 2011

Barack Obama presentará al Congreso el TLC con Colombia

Si todo sale como está planeado, el presidente Barack Obama presentará mañana o el martes al Congreso de su país los tres tratados de libre comercio que están pendientes de ratificación, entre ellos el de Colombia.

Así se lo confirmaron a EL TIEMPO altas fuentes tanto de la administración demócrata como del gobierno colombiano. La decisión se concretó el jueves en una reunión entre asesores de Obama y personal de la Cámara de Representantes de EE. UU.

El acuerdo prevé que los tres tratados -con Colombia, Corea del Sur y Panamá- se considerarían de manera simultánea con el TAA, un programa que brinda asistencia a los trabajadores de EE. UU. y que Obama había exigido como precondición para enviar los TLC al legislativo.
Según el plan, Obama haría su anuncio oficial a más tardar el martes. Los acuerdos y el TAA serían considerados de inmediato por la Cámara de Representantes, probablemente miércoles o jueves.

Inicialmente se haría el mark up de los tratados en la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja, que es el proceso previo a la plenaria y la primera votación oficial en el Congreso.
Una vez surtan este trámite, pasarían a la plenaria la siguiente semana, con la idea de aprobarlos antes del 14 de octubre, fecha que le cae como anillo al dedo al presidente Obama, pues ese día recibe en Washington al presidente de Corea del Sur, otro país pendiente de un TLC.

De allí en adelante, el Senado tendría un mes para realizar un trámite similar: primero en la Comisión de Finanzas, luego en la plenaria, y por último, en la Casa Blanca para la sanción presidencial.
Se trata de un paso trascendental en el camino de la ratificación. Desde que George W. Bush presentó el TLC de Colombia al Congreso a comienzos del 2008, este había permanecido en el congelador dada la fuerte oposición del Partido Demócrata, que entonces controlaba el Congreso. Pero desde la llegada de los republicanos al poder de la Cámara de Representantes en noviembre del 2010, la dinámica cambió.
Sobre el papel, en el Congreso existen los votos suficientes para aprobar los tres tratados. En la cámara baja, los republicanos cuentan con 241 escaños y se necesitan solo 218 para darles vía libre. Aunque en el Senado son los demócratas los que mandan la parada (51 curules entre 100), se trata de un órgano que por tradición es más pro comercio. De hecho, el principal proponente de los TLC ha sido el demócrata Max Baucus, presidente de la Comisión de Finanzas.
Aun así, se espera una furiosa oposición demócrata. Especialmente en la Cámara de Representantes, donde muchos de sus miembros tienen nexos arraigados con los sindicatos estadounidenses. En particular, esa oposición estará dirigida contra el TLC colombiano, el más polémico por la historia de violencia contra el sindicalismo.
 
Fuerzas anti-TLC alistan defensa
Varias fuentes le dijeron a EL TIEMPO que los sindicatos preparan el contraataque liderado por el AFL-CIO, una importante organización obrera. Voceros de sindicatos colombianos también están en Washington para sumarse a los esfuerzos anti-TLC del AFL-CIO.

SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO