Revista el Metro

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TRM OFICIAL EN COLOMBIA

DE ACUERDO AL ARTÍCULO 88 DEL DECRETO 2685/99 la TRM aplicable al periodo comprendido entre el 11 y el 17 de Septiembre del 2015 es TRM para el 11 de Septiembre de 2015: $3.080,573

domingo, julio 31, 2011

Exportaciones a Venezuela se harán con cartas de crédito julio 25 de 2011 - 9:13 pm


Este medio de pago será la mejor forma de reactivar el comercio entre los dos países.


Por Juan C. Domínguez
Economía y Negocios


El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, anunció ayer la reapertura de las exportaciones a Venezuela, pero esta vez con pago ‘sobreseguro’ a través de cartas de crédito que respaldarán los bancos comerciales.

Así, podrá restablecerse el comercio con el vecino país, que en los últimos años ha sufrido todo tipo de inconvenientes políticos y económicos.

“El tema lo revisamos la semana pasada en AGROEXPO con el embajador de Venezuela en Colombia, Iván Rincón Urdaneta.

El funcionario destacó que a mediados de abril se hizo una reunión con los importadores venezolanos, en la que se concretó la venta de huevos y genética avícola, vacunas contra la fiebre aftosa y brucelosis, y otros biológicos e insumos pecuarios.

También, en esa reunión se concretó la venta de animales en pie y carne: 6.500 reses, de las cuales 2.600 irían como carne en canal, mientras que quedó en espera la compra de semillas de papa y tubérculos para consumo.

“Confiamos en que dentro de no menos de dos meses se reanuden en firme las exportaciones hacia el país vecino”, aseguró el Ministro, durante un seminario sobre la política comercial de Colombia, celebrado ayer en Bogotá.

Destacó además, que todos estos acuerdos los está estudiando el Ministerio de Alimentación de Venezuela.

En cuanto a las deudas vigentes destacó que de los 877 millones de dólares adeudados inicialmente, ya se pagaron 700; el resto está analizándose en detalle, para establecer si se trata de negocios comerciales lícitos o buscando beneficios de tipo cambiario.

Finalmente, el Ministro dijo que cuando se cierran los negocios con Venezuela el gran perdedor es el sector agropecuario y cuando se abren, el gran ganador es este mismo.

Acerca de la intervención de la Superintendencia de Sociedades al Fondo Ganadero del Meta, el funcionario anunció que –probablemente–se lleven a cabo procesos similares contra otros fondos.

“La cartera agropecuaria –dijo– está trabajando y mirando las cifras de cada una de estas entidades de fomento”.

De acuerdo con los estados financieros de los fondos que reportan a la Supersociedades, se tiene que de los 25 que existían en el país hasta el 2005, se liquidaron 12.

Estos, a la fecha, suman pérdidas por 18.000 millones de pesos, equivalentes al 27 por ciento de su patrimonio inicial.

Por otra parte, se supo que el Gobierno sigue con la intención (manifiesta en el Plan de Desarrollo)que tiene de vender la participación accionaria en estas empresas y en las centrales de abasto; sin embargo, no se dieron mayores detalles de cómo se harán esas enajenaciones.

Por último, el Ministro de Agricultura llamó la atención por la alta evasión (entre 8.000 y 10.000 millones de pesos) que está presentándose en el pago de la llamada cuota de Fomento Hortifrutícola (parafiscalidad) administrada por Asohofrucol.

Se cree que la mayor evasión, entre el 65 y el 70 por ciento, se está haciendo en las centrales de abastos del país.

Por la falta de esos recursos, se estima que no han podido ejecutarse programas de apoyo a los cultivadores y de incremento al consumo en el país.

Precisamente hoy, en Bogotá, está realizándose el ‘II Congreso Internacional Hortifrutícola’, en el Hotel Tequendama.

LECHE: $30.000 MILLONES PARA PROMOVER EL CONSUMO EN EL PAÍS

El Gobierno, la industria y el fondo parafiscal aportarán $10.000 millones, cada uno, para este programa.

El Ministerio de Agricultura está trabajando en el diseño jurídico para la puesta en marcha de un fondo de 30.000 millones de pesos anuales, con el fin de incentivar el consumo de leche en los estratos bajos de la población y darle salida a los inventarios de leche del país.

El anuncio lo hizo el Ministro de Agricultura en la clausura de los productores de leche agremiados en ANALAC

Para nutrir este fondo, la industria procesadora, el Gobierno y el fondo parafiscal de la carne y la leche, aportarán, cada uno, 10.000 millones de pesos.

Los recursos serían manejados por una fiducia para que haya un manejo transparente en de los recursos aportados por las partes.

El objetivo de la campaña de promoción es incrementar el consumo del alimento entre las clases populares.

Otro anuncio hecho durante el congreso de ANALAC fue la puesta en marcha de la Dirección de Ganadería y Leche en el Ministerio de Agricultura, cuya misión será la de servir de interlocutor entre los productores y el Gobierno y manejar las políticas y acciones de estos dos subsectores.

Exportaciones a Venezuela, sin aranceles hasta 22 de octubre


Colombia y Venezuela siguen negociando un acuerdo comercial beneficioso para las naciones.
                 


Ante la ausencia de un acuerdo comercial que aún no se termina de negociar entre Colombia y Venezuela, los dos países extendieron hasta el 22 de octubre el no cobro de impuestos a las importaciones provenientes de la otra nación.

Los dos gobiernos confían en que para esa fecha ya hayan concluido las negociaciones bilaterales de un acuerdo de complementación económica y productiva.

Por ello, el Ministerio de Comercio señaló que los dos gobiernos deben concretar una próxima reunión para avanzar en la negociación de los textos propuestos del acuerdo que están sobre la mesa.

Las ventas colombianas al mercado vecino han venido en continuo descenso, llegando a poco menos de 600 millones de dólares en los primeros cinco meses del año.

Las compras de productos venezolanos, por su parte, tuvieron un repunte ligeramente superior a 140 por ciento en el mismo periodo, hasta 270 millones de dólares, cifra lejana a la registrada hace tres años.

Por otro lado, el Bancóldex informó que abrió una línea de crédito por 50 millones de dólares para apoyar a las empresas que hacen parte de la cadena exportadora de los sectores agropecuario y agroindustrial.


El nuevo Gobierno Nacional ha hecho durante lo corrido del período, un número importante de ajustes a los marcos normativos de la infraestructura en el país. Vale la pena analizar y revisar el “nuevo escenario” planteado.

Por: Beatriz Ariza González Rubio,
Directora de Estudios Económicos
Gustavo Morales Cobo,
Vicepresidente
Cámara Colombiana de la Infraestructura



Durante los primeros diez meses del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, especialmente durante el último semestre, se han acumulado tal cantidad de novedades normativas, regulatorias, y económicas en torno a la infraestructura que vistas en conjunto permiten afirmar que existe un nuevo escenario. Todos los actores del sector deberán tenerlo muy en cuenta para poder seguir actuando, operando y compitiendo eficazmente.
Cada uno de los componentes de ese nuevo contexto amerita un detenido análisis individual. El propósito de este artículo es dar cuenta rápida de todos ellos para poder visualizar, integralmente, las dimensiones de la transformación.

LO FISCAL

Tanto el Plan de Desarrollo como el presupuesto nacional han apropiado recursos para la infraestructura que equivalen a un importante aumento de los montos que tradicionalmente se habían destinado a este rubro, tanto en términos absolutos como relativos. El Ministro de Transporte ha anunciado inversiones por 99,3 billones de pesos en el sector para el período 2011-2021, de los cuales 31.8 billones se invertirán en lo que resta del cuatrienio Santos.
De total de las inversiones el 56,3% se asignará a infraestructura vial, el 21,2% a lo que tiene que ver con el área férrea, el 14,2% a construcciones para el transporte urbano, y el restante 8,2% en el desarrollo portuario y aeroportuario.
Por otro lado debe señalarse que la emergencia invernal de 2010-2011 generó una cuantiosa apropiación de recursos destinados específicamente a la atención de emergencias y rehabilitación de Obras Civiles ($27.8 billones entre 2011-2014), y ha propiciado también el diseño expedito de una nueva institucionalidad para ejecutar dichos recursos. Tanto el Fondo de Calamidades, como el Fondo Adaptación cuentan con un régimen contractual especial que no se encuentra sometido a las reglas generales de la contratación pública para ejecutar los cuantiosos recursos a su disposición. La Cámara Colombiana de la Infraestructura ha insistido en la importancia de que los procedimientos contractuales especiales que dichas entidades apliquen y respeten los principios básicos relativos a la pluralidad de oferentes, la selección objetiva y la adecuada planeación.

LO FINANCIERO

Se conoció en el mes de marzo que una de las calificadoras de riesgo más importantes del mundo le había devuelto el grado de inversión a Colombia, del cual la había despojado durante la recesión de 1999. El grado de inversión facilita la llegada de nuevos recursos institucionales al sector de la infraestructura. Además de su aplicación a los proyectos de nuevos mecanismos e instrumentos financieros que antes, por la carencia de dicho grado, estaban vedados en Colombia o eran extremadamente onerosos.
Por ejemplo, se abre la puerta a la financiación de proyectos concesionados
a través de los bonos de infraestructura con garantías financieras generalmente otorgadas por un banco multilateral y/o por aseguradoras internacionales. En este esquema una sociedad concesionaria emite deuda respaldada en los ingresos del proyecto, bien en la etapa constructiva o en la etapa operativa de la obra. El aval por parte de las compañías internacionales
es posible en la medida en que el país cuente con grado de inversión.
En Chile, este modelo probó ser exitoso.
Cabe mencionar que la entrada en vigor del esquema de multifondos en el sistema pensional y la consecuente modificación del régimen de inversiones de las Administradoras de Fondos de Pensiones permitirá a es tos importantes inversionistas institucionales una mayor participación en proyectos de infraestructura.

LO INSTITUCIONAL

Con base en las facultades extraordinarias concedidas por el Congreso al Gobierno recientemente, está en marcha el proceso de reforma del Instituto de Concesiones y de otras entidades del sector, como la Superintendencia de Transporte. El gremio ha estado atento a los alcances de dichas reestructuraciones, para que ellas culminen en una tecnificación y despolitización de las entidades, y para que se precisen las competencias y facultades de cada una, evitando las duplicidades y redundancias.

LO LEGISLATIVO

Al cierre de esta edición estaban a punto de entrar en vigor, dos importantes leyes que afectan de manera significativa el funcionamiento del sector de la infraestructura: el estatuto anticorrupción y la ley del plan de desarrollo.
El Estatuto Anticorrupción contiene normas que apuntan a fortalecer la labor de los interventores en la contratación pública. Al mismo tiempo esta nueva ley dota a los organismos de control de mayores potestades de vigilancia de los contratos públicos.
El Plan Nacional de Desarrollo, por su parte, contiene una heterogénea y extensa lista de disposiciones, al punto que es posible afirmar que allí está contenida una auténtica Ley de Infraestructura y Concesiones. Se introducen nuevas reglas presupuestales sobre las vigencias futuras, se modifica la clasificación de las Mypimes, se introduce toda un procedimiento para la expropiación de predios asociados a infraestructura de transporte, y se regulan los aspectos ambientales y de redes de servicios públicos de las concesiones, para solo mencionar algunos de los temas.
Vistos en su conjunto todos estos componentes configuran un “nuevo escenario” para la infraestructura colombiana. No sólo habrá más recursos, sino cambios regulatorios que fortalecen la institucionalidad del sector transporte e incentivan la participación del sector privado en infraestructura. Es importante que todos los actores del sector (constructores, consultores, concesionarios, proveedores, entidades públicas) sean conscientes de que quienes no entiendan que el juego se está dando en una cancha distinta, podrían ver afectada su capacidad de participar y competir.


EL PLAN DE MEGAOBRAS DEL GOBIERNO Y EL CARIBE


La Seccional Norte de la Cámara Colombiana de la Infraestructura analiza el plan de obras que recientemente presentó el Ministerio de Transporte, y entrega algunas recomendaciones para hacer más competitiva la región Caribe.
Por: José I. Vengoechea Renowitzky,
Director Seccional Norte
Cámara Colombiana de la Infraestructura
Mayo / Junio de 2011 Infraestructura & Desarrollo 17
18 Mayo / Junio de 2011 Revista Nº. 41


Ha llamado la atención en la región el anunciado paquete de Megaobras que por 99 billones de pesos se ejecutarían en el país en los próximos 10 años. Siendo aún la información muy fragmentada, esperamos conocerla más en detalle para calibrar el impacto de las obras viales del programa para el beneficio de la Costa Caribe colombiana.
En la inversión de 31.8 billones que se destinarían en obras viales durante la administración del presidente Santos aparecen las dobles calzadas entre Cartagena y Barranquilla, como parte de la Troncal de Occidente; y Barranquilla y Ciénaga, de la Troncal del Magdalena. Sin embargo es necesario esperar obtener información complementaria sobre otras vías que revisten importancia para el desarrollo de la región, como por ejemplo: la doble calzada entre Santa Marta y la localidad de Dibulla, donde se construirá el puerto concesionado llamado Puerto Brisa, y su prolongación hasta Paraguachón, que permitiría el intercambio comercial fluido del litoral Caribe Colombiano con Venezuela.
Cabe resaltar que las vías mencionadas en este análisis hacen parte de la iniciativa privada presentada para la ejecución del proyecto llamado Autopista de las Américas, que fue dividido en dos sectores. El primero de ellos fue licitado y contempla vías de importancia para la región norte de Antioquia; sin embargo no hay noticias acerca de las obras que estarían construidas como parte del sector II, que serían de interés para el litoral Caribe colombiano, y que permitirían el enlace previsto entre Venezuela y Panamá a través de este litoral.

INTEGRACIÓN CARIBE

Los gobernadores de los siete departamentos del Caribe continental colombiano han acordado diseñar un programa denominado “Plan Vial Regional del Caribe”, que contempla una serie de vías transversales que unen los “sures” de los departamentos de Cesar, Magdalena, Bolívar, Córdoba y Sucre. Esta iniciativa busca interconectar la zona y serviría a los sectores de La Mojana y demás sitios que componen la llamada Depresión Momposina, sector que, según algunos entendidos, pudiera representar una excelente reserva agropecuaria para Colombia y toda América Latina.
El ambicioso proyecto “Plan Vial Regional del Caribe” incluye una importante vía longitudinal que parte de las goteras del Puente Pumarejo, en el sitio llamado Palermo, y corre paralela a la ribera oriental del Río Magdalena hasta la población de Plato, interconectándola hasta Magangué. Algunas de las vías previstas originalmente en el PVRC formaron finalmente parte del programa 2.500 de la administración anterior, y también de la Ruta del Sol; sin embargo, el proyecto contempla una red de 2.200 Km de los cuales 1.600 se encuentran aún sin pavimentar y ameritando el resto la revisión de sus especificaciones y reconstrucción, con una inversión cercana a los cuatro billones de pesos.
La anterior administración del Ministerio de Transporte consideró la importancia de este programa y ofreció cooperar en la elaboración y promoción de un documento CONPES que lo impulsara. La iniciativa contó con un anteproyecto completo que finalmente no fue aprobado.
De hecho, de las 38 vías que incluye el programa de Vías de la Competitividad sólo 7 de ellas, en longitudes muy pequeñas, tienen algo que ver con el sur de los Departamentos de la denominada Región Caribe; y de las 19 priorizadas y licitadas, ninguna está relacionada con esta zona que indudablemente jugará papel preponderante en el desarrollo de los Tratados de Libre Comercio ya pactados y los que se tramitan con otras naciones del mundo. De esta forma se viene privilegiando a otras regiones de la nación que igualmente aspiran al incremento de su propia competitividad. Sería importante, entonces, en aras de la búsqueda de la también justa aspiración de la competitividad caribeña, incluir dentro de los esquemas de obras viales de la presente administración ese programa de vías del Caribe colombiano.

OTRAS VÍAS DE DESARROLLO

Vale la pena examinar igualmente el programa nacional de transporte a través de vías férreas. En lo que al Caribe respecta, no tiene ningún sentido que llegando el servicio férreo a la población de Ciénaga, distante 62 Km. de terreno totalmente plano de la ciudad de Barranquilla, que cuenta con algo más de 1.8 millones de habitantes y un puerto marítimo y fluvial, no se construya el ramal que una a estas dos localidades. Y estando ya el ferrocarril en Barraquilla, a 100 Km. en línea recta y plana de la ciudad de Cartagena, ciudad con casi un millón de habitantes e importantísimo puerto marítimo, no se extienda dicho ramal hasta esta ciudad.
De construir estos ramales férreos propuestos, que beneficiarían a la economía nacional a través de la complementariedad de los tres puertos marítimos del Caribe, habría necesidad igualmente de revisar si la concesión otorgada para la utilización del ferrocarril del Magdalena a la multinacional carbonera Drummond permitiría el empalme con la vía concesionada del ramal propuesto para el servicio de carga y pasajeros, y, posteriormente, con el ferrocarril central y el resto del país.
Será necesario esperar un poco, como se dijo al inicio de este análisis, hasta tener mayor información acerca del detalle de los programas a los que correspondería la inversión de los 31.8 millones de pesos en obras de infraestructura en los próximos tres años. De igual manera hay que esperar tener datos sobre los programas correspondientes a las inversiones por 99 billones de pesos para los próximos 10 años, todo para examinar cuáles de ellas se desarrollarán en la Región Caribe y poder evaluar su impacto sobre la economía de esta región.

Se inauguró nueva Terminal de Contenedores en Buenaventura - TCBUEN



Con la asistencia de más de 900 invitados, el 13 de mayo de 2011, se inauguró oficialmente la nueva terminal de contenedores de Buenaventura, TCBuen. Un acto que contó con la  presencia del presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón, el ministro de Transporte, Germán Cardona, la ministra de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Beatriz Uribe Botero, el gobernador del Departamento  del Valle del Cauca, Francisco José Lourido, y el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martin Caicedo Ferrer, así como otras autoridades locales, nacionales y empresarios.
Esta nueva infraestructura que ha requerido una inversión 250 millones de dólares en su primera fase, posiciona al puerto de Buenaventura como el de mayor potencial en la Costa del Pacífico. El Terminal será en una importante alternativa para el movimiento de carga en este puerto, por su ubicación estratégica próxima al Canal de Panamá y equidistante entre América del Norte y del Sur.
“Este nuevo puerto - señaló el gerente de TCBuen, Gabriel Corrales – es una opción óptima para el movimiento de carga de exportación e importación ya que contamos con unos elementos que nos hacen muy competitivos para las líneas marítimas”.
La meta para el 2011 de la Terminal de Contenedores de Buenaventura, TCBuen, es mover 200.000 contenedores, cifra que representaría casi la mitad de lo que se manejó el año pasado por los diferentes terminales del Pacífico. Para ello cuenta con un muelle de 480 metros de línea de atraque, lo que permite la escala simultánea de dos buques, y 26 hectáreas de zona operativa.

Un problema masivo. Por: Ricardo Ávila


A lo largo de los últimos años, en Colombia se han hecho grandes inversiones en sistemas integrados de transporte masivo.


Con base en el éxito inicial de TransMilenio en Bogotá, diferentes capitales adoptaron un modelo que prometía ser ideal para solucionar las necesidades de movilización que existen en un país cada vez más urbano.

De hecho, incluyendo los aportes de la nación y los entes territoriales, se han gastado hasta la fecha unos 10,5 billones de pesos, a los cuales hay que agregarles 2,7 billones que han sido aportados por los operadores privados.

Semejante cantidad de recursos no ha producido, sin embargo, los resultados esperados, según se desprende de un documento elaborado por la Cámara Colombiana de la Infraestructura.

Para comenzar, los atrasos en obras han generado sobrecostos importantes, además de afectar el prestigio de una alternativa que ha sido copiada en decenas de ciudades en todo el mundo.

Los escándalos en torno al corredor de la Calle 26 en el Distrito Capital han aparecido en diferentes medios de comunicación, pero las demoras y las promesas son, tristemente, la constante y no la excepción en los demás casos.

De tal manera, es claro que en Bogotá la fase III de TransMilenio no estará lista sino hasta comienzos del 2012, lo cual entorpece seriamente el propósito de poner en marcha el Sistema Integrado de Transporte Público.

A su vez, en el municipio aledaño de Soacha las cosas avanzan con lentitud y falta contratar 2,3 kilómetros de troncal para que cientos de miles de potenciales usuarios se vean beneficiados.

En otros departamentos el parte tampoco es bueno. En Medellín, que tradicionalmente ha sido eficiente en este tipo de emprendimientos, hay esperanza de que el primer ramal vea correr sus buses en este semestre tras seis años de espera, pero el resto sigue en veremos.

Lo de Cartagena, que igualmente comenzó en el 2005, tampoco va bien e incluso algunos de los arreglos empiezan a mostrar daños, antes de que se corte la cinta de inauguración.

Por otro lado, el tema más inquietante para los sistemas que ya han entrado en operación es el de la bajísima demanda de pasajeros, que contrasta con las aglomeraciones y el hacinamiento bogotanos. Por ejemplo, en Pereira los usuarios efectivos del Megabus constituyen el 75 por ciento de los proyectados, mientras que en Cali la proporción de los del MIO es del 65 por ciento.

Mucho más dramático es lo ocurrido con Transmetro en Barranquilla y Metrolínea en Bucaramanga, en donde los índices de utilización frente a los estimativos originales son del 18 y el 15 por ciento, respectivamente.

¿Cuál es la principal causa de tan pobre desempeño? Indudablemente la escasa cooperación de los alcaldes para combatir la competencia, tanto legal como informal.

Dicho de otra manera, los colectivos y el mototaxismo van a seguir atrapando usuarios por razones de costo y conveniencia, a menos que los burgomaestres locales tomen decisiones que incluyen medidas policivas y de chatarrización de los parques de buses.

No obstante, el Gobierno Nacional también tiene que sacar las espuelas para recordar los compromisos hechos y darle un empujón a una alternativa que es la mejor de todas. Solamente la mezcla de persuasión y mano dura pueden asegurar la viabilidad de los articulados que, bien gestionados, elevan la calidad de vida de la población y sirven como motor de desarrollo y renovación urbana.

La otra opción es volver al pasado o quedarse cruzados de brazos después de haber invertido sumas descomunales.

Es cierto que en la medida en que el ingreso disponible del colombiano promedio ha subido, también lo ha hecho el uso de la motocicleta y el carro particular, pero esa no es la salida, como tampoco lo es regresar al desorden de siempre y perder una oportunidad que, además de loable, ha sido costosa.

sábado, julio 23, 2011

Las empresas más reputadas !

Las seis empresas que tienen la mejor reputación en Colombia son Nestlé, Colgate-Palmolive, Productos Familia, Postobón, Colombina y el grupo Nutresa. Este ordenamiento es resultado del primer estudio de reputación empresarial que se lleva a cabo en el país bajo la metodología internacional del Reputation Institute, entidad que realiza una investigación global basada en las opiniones de más de 50.000 consumidores y cubre 2.500 empresas en 41 países, entre ellos Colombia.

La reputación empresarial es un activo vital para las empresas en el mundo actual. Ella va más allá de la recordación e involucra una compleja mezcla de valoraciones y no depende únicamente de lo que piensan las personas sobre los productos de las empresas. Es una visión más amplia, que toca las relaciones entre las empresas y las personas en sus distintos roles como ciudadanos, empleados, inversionistas potenciales y consumidores, entre otros. Una buena reputación es un activo esencial que se construye en el largo plazo y ayuda a proteger las empresas frente a traumatismos de corto plazo.

Por ejemplo, el Reputation Institute identificó cómo Sony logró mantener su buena reputación y el aprecio de la gente a pesar de una reciente falla de seguridad, por la cual unos hackers lograron apropiarse de la información privada de miles de usuarios de PlayStation. En la medición de reputación de este año, hecha luego del ataque de los hackers, 72% de los encuestados afirmó que le daría a Sony el beneficio de la duda durante una crisis. Y Sony sigue estando entre las diez empresas de mayor reputación en el mundo.

La medición del Reputation Institute se realiza por primera vez en Colombia en 2011, gracias a su alianza con la firma colombiana Goodwill Comunicaciones. Dinero presenta en exclusiva los resultados de este primer estudio. “En un entorno económico global, donde la calidad de los productos y servicios es cada vez más similar, la diferenciación en la mente de los consumidores y la percepción positiva que tengan de una empresa son vitales para garantizar el éxito y la rentabilidad empresarial. Aquellas compañías que sean capaces de despertar este tipo afiliaciones emocionales positivas entre sus grupos de interés estarán mucho mejor posicionadas a la hora de crear valor”, advierte Fernando Prado, director de Reputation Institute para Latinoamérica.

Los resultados
En esta primera medición en Colombia fueron evaluadas 100 empresas por parte de más de 3.800 personas, durante casi tres meses, en las principales cinco ciudades del país (ver recuadros del estudio y metodología). El estudio mide siete dimensiones de la percepción que la gente tiene de las empresas y que conforman los distintos aspectos de la reputación: calidad de la oferta, innovación, entorno de trabajo, integridad, responsabilidad ciudadana, liderazgo y resultados económicos. Esas dimensiones se agrupan en cuatro grandes factores que determinan la relación emocional de la persona hacia la empresa: admiración, confianza, estima y la impresión general que inspira la empresa. Por supuesto, la calidad es un componente clave de la medida y un factor primordial en todos los países donde se realiza el estudio. Sin embargo, existen diferencias entre los países en cuanto al peso relativo que tienen otros aspectos de la reputación.

En Colombia, y también en países como Estados Unidos y Japón, la integridad y la acción de las empresas como buenas ciudadanas tienen alta importancia en cuanto determinantes de una buena reputación. En otros países emergentes, como Brasil y Argentina, la fortaleza financiera y una alta capacidad de liderazgo tienen mayor peso en la reputación empresarial. La empresa a la que le va mejor en esta medición en Colombia es Nestlé, líder en el ranking. Fue la única compañía que tuvo un indicador de “excelente”; es decir, por encima de 80 puntos en la escala (ver artículo siguiente con sus planes y estrategia). La siguen en la lista otras dos multinacionales, Colgate-Palmolive y Productos Familia.

La primera empresa de capital colombiano en el listado es Postobón, de la Organización Ardila Lülle, que ocupó el cuarto lugar. Siguen Colombina y el Grupo Nutresa (antes Nacional de Chocolates). De las 100 empresas analizadas, el ranking final muestra 52 que están por encima del promedio nacional del indicador (68,8 puntos). La gran mayoría de estas compañías están ubicadas en un rango donde la reputación es calificada como “fuerte y robusta”, logrando entre 70 y 79 puntos. De estas 52 empresas en el listado final, la mitad son firmas de capital colombiano y la otra mitad multinacionales que operan en Colombia. Una de las conclusiones del estudio es que los colombianos valoran mejor a las empresas del país que en el promedio de otros mercados. Dos hechos lo explican: uno, que las diferencias en los puntajes obtenidos son muy estrechas entre estas 52 compañías; y dos, que el promedio mundial de la calificación está en 64,2, mientras que en Colombia llega a 68,8.

El análisis abarcó 17 sectores, desde productos de consumo masivo hasta cajas de compensación, pasando por alimentos, retail, automóviles, aerolíneas, bebidas, productos industriales, bancos, seguros, materias primas, petróleo y energía, telecomunicaciones y servicios públicos. Un balance de sectores muestra que las empresas que tienen la mayor reputación están donde los productos son más cercanos a las rutinas de consumo de las personas. De las primeras diez empresas en el ranking, ocho corresponden a alimentos, bebidas o productos de consumo masivo (Nestlé, Colgate-Palmolive, Productos Familia, Postobón, Colombina, Nutresa, Johnson & Johnson y Alpina), mientras las otras dos (Deprisa y Chevrolet) están en segmentos de logística y automóviles. El manejo acertado de los puntos de contacto con el consumidor y los “momentos de verdad” son un elemento esencial.

Como menciona Manuel Andrés K., presidente de Nestlé para Colombia, Ecuador y Venezuela, estos resultados reflejan la cercanía. “Somos parte activa en la vida de los consumidores en distintos momentos todos los días. Esto es consumo masivo, con millones de colombianos con los que mantenemos contacto directo y experiencias vivas”, agrega. Nestlé estima que sus marcas tienen al menos dos millones de contactos diarios con los colombianos. Por su parte, Darío Rey Mora, gerente general del Grupo Familia, considera que se le ha dado “consistencia a la construcción de marcas líderes que escuchan a los clientes y consumidores para interpretar sus necesidades y brindarles soluciones en todas las etapas de la vida. La compañía cuenta con dos marcas notorias –aquellas que han alcanzado un elevado grado de aceptación y reconocimiento por parte del consumidor–, declaradas por la Superintendencia de Industria y Comercio: Familia y Nosotras”. Por su parte, los sectores que presentan los indicadores más débiles son servicios públicos, EPS y cajas de compensación y telecomunicaciones.

Si bien la percepción general sobre el sector afecta la reputación de las empresas individuales, en algunos casos hay empresas que se destacan a pesar de la baja reputación del sector al que pertenecen. Este puede ser el caso de la cementera Argos. “Para Argos es muy importante el resultado obtenido, no solo en el ranking general, sino específicamente en el sector de materias primas”, afirma un vocero de la empresa. “Pertenecer a un sector que se ha visto involucrado en noticias y cubrimiento mediático por el incumplimiento de legislaciones y regulaciones ambientales y laborales hace que la imagen de la compañía se vea impactada negativamente porque se tiende a generalizar el comportamiento de algunos jugadores a todo el sector. Sin embargo, el resultado demuestra nuestro compromiso y la decisión de ser un jugador que respeta a los demás”.

Los componentes de una buena reputación

El factor clave a nivel corporativo en Colombia es la dimensión de la oferta –calidad de productos y servicios y una buena relación calidad/precio y garantía–, que tiene un peso de 17% en el total. Le siguen las dimensiones de integridad (la percepción respecto a la transparencia y valores éticos en su desarrollo) con un pocertanje de 15,4% y, posteriormente, la de ciudadanía (el apoyo a causas sociales, cuidado del medio ambiente y contribución al desarrollo del país), con 14%.

Al considerar los resultados por empresa en cada una de las dimensiones que se miden en el estudio, Colgate–Palmolive sobresale por la consistencia en el desempeño. En el ranking general, esta empresa apenas quedó unas décimas por detrás de Nestlé y ocupa el primer lugar en tres de las siete dimensiones –trabajo, ciudadanía y liderazgo–. Fue una de las primeras multinacionales en instalarse en el país, es líder en las categorías de cuidado personal en las que participa, y lidera una de las campañas más exitosas y notorias de responsabilidad social (el “doctor Muelitas”), que busca educar en salud oral a los niños con Colgate. Este programa será extendido, bajo el nombre de Manolo, a Protex, la marca de jabón antibacterial.

Nestlé, por su parte, se destacó fuertemente en la dimensión de la oferta, donde obtuvo una calificación de 82,2. De acuerdo con Manuel Andrés K., la clave del éxito está en que el portafolio se ha mantenido, pero ha evolucionado para incrementar el valor agregado. Otro caso especial es el de Postobón, que obtuvo el mayor reconocimiento en la dimensión de finanzas y resultados económicos. Sus ventas superaron los $1,9 billones en 2010, al consolidar su operación, y ahora está desarrollando proyectos de largo alcance, incluyendo una megaplanta cuya inversión asciende a US$250 millones.

Nutresa obtuvo la calificación más alta en la dimensión de integridad, que mide la percepción sobre un comportamiento transparente y que respeta criterios éticos. El grupo acaba de recibir un fuerte espaldarazo del público en el mercado de capitales, pues su reciente emisión de acciones ha sido la más demandada en el mercado de valores de Colombia, al superar los $9 billones, frente a una oferta de colocación de $520.000 millones. Finalmente, Belcorp, empresa líder en el segmento de venta directa en el campo de cosméticos y bisutería, fue la mejor calificada en el campo de la innovación.

La reputación abre puertas

“En esta materia, nuestra prioridad ha sido, y sigue siendo, la transmisión de la realidad corporativa. Queremos que la imagen sea un reflejo de la gestión de todas las personas adscritas a la empresa. Tener una buena reputación significa que tenemos el terreno abonado para enfrentar con éxito los objetivos de expansión, innovación, crecimiento y optimización del servicio”, dice Fabio Villegas, CEO de Avianca Taca Holding, al que pertenece también Deprisa.

La reputación es el resultado de una sumatoria de factores que pueden tener un fuerte impacto sobre el valor de la empresa. En el ámbito internacional, el Reputation Institute ha identificado que las empresas de mejores índices tienen también mayores indicadores de desempeño de sus papeles en bolsa. En promedio, en las empresas de mayor reputación en la muestra global el precio de la acción equivale a 19,7 veces los ingresos de la empresa por acción, mientras en las empresas de menor reputación la relación es de 13,4.

En España, algunas de las principales corporaciones se han unido para crear la Fundación Corporate Excellence-Centre for Reputation Leadership, un laboratorio de ideas dedicado a promover la gestión de intangibles como valor estratégico para la excelencia empresarial, donde la reputación será uno de los ejes. Detrás de esta iniciativa están firmas tan importantes como Banco Santander, Telefónica, BBVA, Repsol, Iberdrola y La Caixa. Estas compañías representan 65% del Ibex-35 por capitalización bursátil (aproximadamente, 250.000 millones de euros). La buena reputación tendrá un papel decisivo en el éxito de algunas de sus más importantes iniciativas hacia el futuro. Nestlé, por ejemplo, tiene planeado duplicar su negocio en Colombia en los próximos cinco años. Otras podrían apalancarse en su reputación para explorar la colocación de papeles entre el público. Entre las 10 empresas mejor rankeadas, solo Nutresa transa sus acciones en la Bolsa. Sería un buen momento para que algunas de ellas atraigan nuevos inversionistas.

Podría ser también el momento para el desarrollo de nuevos negocios y aprovechar este potencial. Para Gas Natural Fenosa, la empresa de mayor reputación en servicios públicos, “saber que nuestras audiencias confían en nuestros productos y aprueban la gestión permite seguir ofreciendo proyectos como los de cogeneración con grandes y medianas empresas que ya cuentan con certificados de Mecanismos de Desarrollo Limpio, así como la normalización eléctrica, con el gobierno nacional, de 120 barrios subnormales de la Costa Caribe”, dice Claudia Ríos, gerente de asuntos públicos de la empresa.

Según César Caicedo, presidente de Colombina, “una buena reputación debe ser la manifestación de una compañía que tiene buenas prácticas y que corrobora que en su ADN está el deseo de hacer las cosas bien. Normalmente esto significa resultados económicos confiables y crecientes, condición esencial para cualquier inversionista”.

En un entorno convulsionado, una buena reputación, anclada en prácticas de transparencia, ética y responsabilidad social hacia los grupos de interés (stakeholders), es una condición indispensable para crear más valor.



Fuente: http://www.dinero.com/edicion-impresa/caratula/articulo/las-empresas-mas-reputadas/131460