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TRM OFICIAL EN COLOMBIA

DE ACUERDO AL ARTÍCULO 88 DEL DECRETO 2685/99 la TRM aplicable al periodo comprendido entre el 11 y el 17 de Septiembre del 2015 es TRM para el 11 de Septiembre de 2015: $3.080,573

martes, julio 24, 2012



México y el TLC con EE.UU.: Lecciones para Colombia


Para un acuerdo comercial exitoso es primordial el robustecimiento de políticas internas macroeconómicas, infraestructura, desarrollo social y agrícola, y el fortalecimiento de las instituciones. Esto en resumen es la experiencia de la aplicación del Tratado de Libre Comercio de México con Estados Unidos y Canadá, comúnmente llamado TLCCAN o NAFTA.

Por: Marta Bernal González


De acuerdo con Enrique Serrano, catedrático e investigador de la Universidad del Rosario, “una de las principales virtudes del Nafta fue que involucró a México dentro de la expansión de Estados Unidos y le generó retos de infraestructura extraordinarios”. Sin embargo, afirma Serrano, “el país no estaba preparado, por eso sufrió un retroceso y fue obligado a mejorar los niveles de competitividad”. Esto, a pesar de que la apertura comercial de México permitiera que la infraestructura recibiera el apoyo total del Estado junto con grandes inversiones.

De acuerdo con Enrique Daza, vocero de le Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio, una de las ventajas de México al firmar el Tratado de Libre Comercio era que Estados Unidos constituía un mercado natural para ellos debido a su posición geográfica.

En cuanto al tema de inversiones y movilidad de capitales, José Guillermo García, catedrático de la Universidad Nacional, afirma: “el TLC tuvo un efecto importante, hizo que fluyeran capitales hacia México para el desarrollo de industrias que aprovecharon la ventaja y han seguido creciendo. La inversión extranjera de Estados Unidos creció mucho en México”.

Según investigaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, “en el 2004, la mayoría de negocios en México que tenían capital extranjero eran originarios de Estados Unidos”.

Además, “en un primer momento la inversión extranjera tuvo predominio absoluto en la industria, después fue importante en el mercado nacional, en cadenas de almacenes y en la banca a través de la compra de casi todos los bancos mexicanos”, asegura Carlos Alba Vega.

 EXPORTACIONES

Para Guillermo García, “el comercio ha crecido pero no ha sido un motor claro del crecimiento de la economía, esa es la paradoja mexicana. Suben las exportaciones pero es poco el valor agregado que generan”.

Igualmente, y según el informe anteriormente citado de la Cepal, las exportaciones que registraron una importante alza de participación en el mercado norteamericano fueron las de equipos de transporte, maquinaria, bebidas y tabaco. Las exportaciones de comida, de animales vivos, de aceites animales y vegetales, de productos químicos, y de crudo y sus productos derivados fueron incapaces de mantener su participación. El impacto a nivel empresarial se distribuye de un modo muy desigual. El grueso de las exportaciones no vinculadas al petróleo se origina en no más de 300 empresas, la mayor parte de ellas ligadas a corporaciones transnacionales.

Según señala Alba Vega, “en el periodo de 1992 a 1996 ocurrió una alta concentración de las exportaciones en pocas empresas. En 1996, cinco de ellas, casi todas automotrices, eran responsables de la quinta parte del total”.

 INDUSTRIA MAQUILADORA

“Las empresas, particularmente del sector de maquila, son las que no tienen un amplio desarrollo productivo en México, importan insumos de Estados Unidos y reexportan hacia otros destinos”, asegura José Guillermo García.

Citando a Alba Vega, “a partir de la devaluación del peso en 1994, que abarató en un 30% el costo de la fuerza de trabajo, del arranque del TLCAN y de la bonanza de la economía de Estados Unidos, tuvo lugar un acelerado proceso de instalación de nuevas plantas maquiladoras y una expansión de las ya existentes hasta 2001. A partir de esa fecha se resintieron como nunca antes en este sector la maquila, la desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos, la entrada de China a la OMC y la pérdida de competitividad relativa de México”.

 EL MÁS AFECTADO

“En México se crearon grandes problemas con la alimentación básica. De ser un país exportador de maíz, se volvió importador y hubo un aumento en la pobreza del campo”, afirma Enrique Daza.

“Algunos de los errores fueron: una negociación apresurada, se metieron todos los productos agropecuarios en una canasta y no se hicieron reservas de productos estratégicos; fue un periodo difícil para eliminar asimetrías y faltó compromiso del Gobierno con el sector agrícola”, según el ingeniero agrónomo mexicano Sergio Reyes Osorio.

Para Carlos Alba, “los principales beneficiarios han sido los que exportan productos tropicales y los que pueden competir porque su cultivo o cosecha exige la utilización intensiva de mano de obra, como los productores de frutas, flores y hortalizas. Los sectores más sensibles son los productores de granos, especialmente los de maíz, que no están en condiciones de competir por condiciones de fertilidad, climáticas, financieras y de apoyos económicos e institucionales con los productores de Canadá y de Estados Unidos”.

EMPLEO

Las pequeñas empresas también se vieron afectadas por el Tratado de Libre Comercio debido a la asimetría en las escalas de producción, en el desarrollo tecnológico y en la mano de obra. Además, según la Organización Internacional del Trabajo, no existe progreso laboral en México en cuanto a empleo y salarios.

Según la Cepal, tambien hay efectos negativos tales como la erosión de las relaciones interindustriales de México y el incremento de las diferencias salariales entre los trabajadores cualificados y los no cualificados. Mientras el empleo en la industria creció en 500.000 puestos entre 1994 y 2002, el sector agrícola perdió 1,3 millones de empleos.

 COLOMBIA

La posición geográfica, el desarrollo económico y el tipo de negociación realizada le permiten a un país aprovechar o no las ventajas de un Tratado de Libre Comercio, todo depende de las condiciones de cada región dentro de cada país.
  
Sin embargo, Enrique Daza afirma: “Colombia tiene mala infraestructura y está distante de Estados Unidos, lo cual aumenta los costos. Además, es un país vulnerable y una de las razones para no estar de acuerdo con la firma de este tratado es la pérdida de la capacidad del Estado para intervenir en la parte económica”.

“El país debe poseer una infraestructura acorde con los nuevos retos. Colombia tendrá que asumir este gran desafío hacia el futuro. Pueda que las inversiones tengan que ser más grandes de lo que se creía, pero a largo plazo el esfuerzo vale la pena”, manifiesta por su parte Enrique Serrano.

Para José Guillermo García, “hay que analizar qué tan competitiva es la producción nacional en Estados Unidos. En el caso de Colombia, un ejemplo serían las flores. Por otra parte, México tiene más estructurada la producción que Colombia, maneja un mercado más grande y su ingreso per cápita es mayor. Por lo tanto, tiene mayores probabilidades de aprovechar el acceso al mercado de Estados Unidos”.

También complementa, “hay que tener en cuenta la localización geográfica de Colombia y ajustarse a las reglas y normas de origen; hay que mantener unas preferencias, hay posibilidades si los sectores mejoran su productividad en renglones especiales, esto se podría aprovechar. Habría que ser muy estratégicos al consolidar las capacidades de producción en los segmentos que tengan probabilidad de responder a los estándares de calidad, recordando que el tamaño del mercado de Colombia es más pequeño que varios estados de los Estados Unidos”.

“En Colombia existen problemas de bajo desarrollo para el 45% de los colombianos. Es necesario abrir actividades de producción para que ese porcentaje tenga actividades económicas normales”, recomienda García.

En resumen, y de acuerdo con Enrique Daza, “hay que desarrollar una agenda interna sobre infraestructura y modernización del Estado”.

SALVAGUARDIAS

Un aspecto importante a tener en cuenta en los acuerdos de libre comercio son las medidas de excepción o “Salvaguardias” para proteger a un sector específico. Este mecanismo puede ser aplicado a través de limitación temporal o restricciones de importaciones y/o modificaciones en aranceles.

Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia “una Salvaguardia se adopta cuando se ha determinado que las importaciones de cierto producto han aumentado en tal cantidad y se realizan en condiciones tales que causan o amenazan causar un daño grave a la rama de producción nacional que produce productos similares o directamente competidores”.

En el caso mexicano, en su ley de Comercio Exterior, se otorgaron facultades al Ejecutivo Federal para establecer Salvaguardias y se incluyeron herramientas como el requisito de permiso previo para importar mercancías de manera temporal o definitiva, cupos máximos de mercancías de importación de acuerdo con los excedentes de producción, requerimientos del mercado y la prohibición de la importación de mercancías.

Según la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial de México (Secofi), durante el periodo de enero de 1994 al 31 de diciembre de 2003, fueron activadas 66 Salvaguardias para 16 fracciones arancelarias de productos agropecuarios importados originarios de Estados Unidos y 72 Salvaguardias para 22 fracciones de productos agropecuarios importados originarios de Canadá.

En Colombia, el Ministerio de Comercio Industria y Turismo expidió el decreto 573 de 2012, “Por el cual se establece el procedimiento para la aplicación de medidas de Salvaguardia Especial Agrícola convenidas en los acuerdos comerciales internacionales vigentes para Colombia”, que entró en vigencia en marzo, dos meses antes que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el 15 de mayo de 2012.

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